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Columnistas

Caputo festeja la inflación pero surgen las primeras dudas en los mercados

Caputo y Viale

El Gobierno siente que tiene la inflación contra las cuerdas. Por eso el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó en otra entrevista televisiva que el costo de vida “está colapsando” y adelantó que el dato de marzo rondará el 10%, un número que quedaría por debajo del 13,2% de febrero y que el equipo de comunicación oficial y paraoficial de la Casa Rosada saldría a destacar como la primera medición también menor al pico que había tocado la gestión anterior, el 12,8% de noviembre.

En los ida y vuelta entre la Residencia de Olivos y el Palacio de Hacienda circulan mediciones de todo tipo sin disimular la euforia. El dato que publicó Orlando Ferreres de 12,2% ya había exaltado al equipo económico porque la “núcleo”, es decir el promedio de precios sin los que suben o bajan por cuestiones transitorias, estaba en 9,2%, cuando ese mismo ítem en febrero estaba en 12,7%.

También van y vienen las mediciones semanales más recientes. LCG, la consultora que fundó Martín Lousteau, hoy enemigo número uno del Gobierno, lleva tres relevamientos seguidos registrando promedios de incrementos en alimentos menores a 1%. En la semana que terminó el viernes, 0,4%. En la anterior, 0,8. La previa, 0,7. No hubo una secuencia así nunca en el último año. 

La firma PxQ, del ex viceministro de Economía de Cristina KirchnerEmmanuel Alvarez Agis, midió en marzo una inflación del 10,9% y detectó que “el ritmo de variación de precios diaria pasó de un promedio de 0,40% en febrero a 0,28% en marzo”. Es más, aseguró en el último reporte que “sería probable que el índice vuelva a alcanzar valores de un dígito durante el mes de abril”, aunque claro, esto no ocurrirá -y este es el primer llamado de la realidad- por los aumentos de los precios regulados.

Por los aumentos previstos en gas y nafta que impactan en todo el país, y los ajustes en agua, transporte y electricidad, además de prepagas y educación, con efecto centralmente en la zona metropolitana, se pronostica que en abril “podría haber un número mayor” incluso al del mes pasado.

Como sea, el equipo económico entiende que ha conseguido un éxito: llevar la inflación a casi un dígito alto, menor a la de los tiempos de Sergio Massa, pero con mínima brecha cambiaria, precio de la nafta y las prepagas en valores “sincerados”, colectivos que pasaron de $50 a $300 en el AMBA y sin controles en supermercados al punto que “los bots de los supermercados reflejan deflación”, son motivos -dicen- para golpearse el pecho.

Sin embargo, es imposible no ver que al mismo tiempo se trata de una inflación altísima de todas maneras sin que haya habido aún una adecuación definitiva de las tarifas de los servicios públicos. 

El gas, que se encamina a pasar en principio de $7000 a $25000 en un hogar medio para después pegar otro salto y sin que esté claro cuánto más sumará también el salto del “cargo fijo”, será la primera prueba de fuego. Habrá que ver cuántos puntos sumarán al índice de precios al consumidor las facturas de $80 lucas que hace un año eran 10 veces menos, y sobre todo habrá que medir de nuevo el aguante de la población, que en definitiva es el resorte secreto del experimento en curso.

Lo escribió la financiera Facimex“la clave es la tolerancia social”. En su informe a clientes subrayó un dato escondido en la medición de confianza en el Gobierno que hace la Universidad Di Tella: el apoyo al Gobierno cayó en los segmentos de menores ingresos y ahora es mayor en el Interior que en la Ciudad de Buenos Aires, lo que explique tal vez la presión sobre los gobernadores en la negociación por la nueva versión de la ley ómnibus y el Pacto de Mayo.

El próximo bimestre puede cruzar una actividad económica en mínimos con la llegada de boletas de luz y gas a las fábricas que saltan de 1 a 4 millones de pesos, lo cual pondrá más presión sobre la continuidad de unidades productivas al límite, que venían suspendiendo personal o anticipando vacaciones, con la frase “tiramos hasta mayo y si no levanta, chau”.

Define el campo

La otra incógnita para saber si lo que festeja el Gobierno es realidad o ilusión es el debate sobre si el precio del dólar está atrasado. “En todo caso podés decir que se está atrasando, no que ya se atrasó”, te corrigen en el Banco Central. 

El hecho de que suba sólo 2% por mes desde diciembre cuando hubo 25, 20, 13 y tal vez ahora 10 de inflación no basta para que el Gobierno considere que tenga que devaluar otra vez, lo que podría romper cualquier desinflación

Se lo explicó el propio Javier Milei al periodista John Micklethwait, de la agencia Bloomberg, que lo entrevistó y en la introducción recordó las veces que había venido en la época de Carlos Menem, “otro reformista”, dijo, que inició un proceso que terminó mal.

La discusión sobre cuál es el tipo de cambio que hace que la economía funcione tiene décadas y bibliotecas. Milei dice que es “fatal arrogancia” querer fijar un precio del dólar que el mercado le está validando ya sea porque la diferencia del oficial más impuestos es casi nula respecto de los paralelos, ya sea porque los contratos a futuros no incluyen nada distinto de los planes del Gobierno. Sin embargo, aún no elimina las restricciones al dólar, porque tampoco tanto.

Pero en algún momento, si hay bienes en dólares que salen en nuestro país ridículamente más caros que en el exterior, debería ser “una alerta temprana” de que algo funciona mal, asegura Hernán Lacunza, ex ministro de Economía de Mauricio Macri.

El partido sobre si el Gobierno deberá hacer algo con el tipo de cambio o no en el corto plazo se juega ahora, cuando empieza la cosecha de soja y el sector agrícola tenga que definir si vende o no el excedente de divisas por fuera del pago de lo necesario para el alquiler del campo o los fertilizantes.

En el oficialismo están confiados. Las últimas jornadas con ventas del sector petrolero llevaron las compras de reservas arriba de los US$12000 millones en lo que va del mandato. El banco JP Morgan, sin embargo, lo relativizó en la semana al añadir que a la acumulación de reservas hay que descontarle “la acumulación de deuda comercial”. Hay casi US$9000 millones de importaciones con los pagos pateados para delante. 

Al campo hoy no le cierran los números. La combinación de la cotización del dólar, con los impuestos y el precio de las materias primas anticipa problemas, como se puede ver en el ejercicio que hace una fábrica de sembradoras de las más importantes del país que refleja el encarecimiento de las maquinarias medidas en toneladas. 

Mientras en diciembre hacían falta 300 toneladas de soja para comprar una sembradora de inicio de gama, hoy se necesitan 580. Cuando una máquina tope de gama costaba el equivalente a 1200 toneladas de maíz, hoy hacen falta 1900. Y lo que se pagaba 950 toneladas de trigo por una sembradora top, ahora cuesta 1800. 

Se superpone a esta discusión el interrogante sobre si el Gobierno está yendo a otro régimen monetario, es decir a algún tipo de competencia de monedas que termine desplazando al peso, o no. Volvió el Milei que además habla de juntar plata para abrir el cepo e ir en ese camino. Menciona sondeos por US$15 mil millones con el Fondo Monetario Internacional. O que el organismo como auditor sea “garante” de créditos de otro origen.

De hecho el Presidente ha vuelto a hablar de que el horizonte es eliminar el Banco Central. En el mercado creen que entre Caputo y su socio en el BCRA, Santiago Bausili, “lo van a ir convenciendo” de que no conviene. El fondo Templeton, cercano al ministro, publicó un informe esta semana sobre “dolarización en mercados emergentes”

¿“Una de más”’?

A todo esto, la soltura de Caputo en sus declaraciones produce entusiasmo por el contraste con aquel funcionario gris al que le atribuían “ataques de pánico” en la era Macri, pero también genera cierto temor por el hecho de que esté haciendo “una de más” cuando nada de lo que muestra como logros tiene bases sólidas. 

“Yo no hubiera hablado así, justo en la semana en la que la recaudación tuvo la mayor caída trimestral en una década y está sostenida por el impuesto PAIS, que te comprometiste a sacar”, apunta un colaborador que quiere que le vaya bien.

La inversora Consultatio Financial Services enumeró con contundencia “los tres límites” que enfrenta el Gobierno: no se puede unificar el mercado de cambios porque hoy el impuesto a la compra de divisas e importaciones ya es el 9% de la recaudación; la recesión contiene la inflación, pero “el ajuste fiscal por la vía de la licuación está prácticamente agotado”; la recesión afecta los recursos coparticipables y llena de incógnitas la viabilidad política de todo. 

El flamante consejo económico asesor que encabeza Demian Reidel con Ramiro Marra y Miguel Boggiano considera que la caída de la recaudación es un problema “pasajero” o de “primera etapa”, porque “cuando llegue la reactivación” volverán a crecer los ingresos. Están jugados a que habrá una “reactivación en V”, algo que de ninguna manera tiene consenso general. Además, sueñan con que con un blanqueo y algunas moratorias haya nuevas fuentes de cobro de impuestos.

Consideran que el as en la manga que muchos economistas no están contemplando es el “régimen de incentivos para grandes inversiones”, con perdón impositivo para desembolsos de más de US$1500 millones. Señalan que hay planes en gateras en áreas clave de minería y energía con empresas estadounidenses en pole position, y por eso explican también que se sobreactúa la alineación con la Casa Blanca. 

Milei junto a la generala Laura Richardson.

Este jueves hubo una postal histórica con el Presidente vestido de militar al lado de una generala de cuatro estrellas que llegó del Norte, mientras sonaba el himno de ese país en Ushuaia. “Estoy alineado con Estados Unidos e Israel”, repitió Milei con Bloomberg. La macana es que el editor del medio financiero le recordó que el presidente Joe Biden le está pidiendo un alto el fuego a su par israelí, Benjamin Netanyahu. Problemón.

En este marco, Caputo no sólo adelantó el viernes un número de inflación, también dijo que Milei es “el mejor presidente del mundo”, que a los dueños de las prepagas “se les fue la mano” y hasta habló de que vienen “aviones con repelente” por la crisis del dengue. A propósito: SC Johnson, el fabricante de off que controla el 80% del mercado, vende 400 mil cajas por mes y estarán llegando del exterior apenas unas 18 mil más, según pudo saber Diario Con Vos.

Como si fuera poco, aseguró como referente económico del gobierno de La Libertad Avanza que las paritarias no serán libres, ya que la secretaría de Trabajo no homologará la paritaria del Sindicato de Camioneros que cerró un alza del 25% para abril. 

Pablo Moyano, secretario general del sindicato de Camioneros.

Al asesor presidencial Santiago Caputo se le erizan los tatuajes de sólo pensar en que se pare de manos Pablo Moyano y llame a un conflicto. Puede ser un nuevo capítulo con los sindicatos, si además se reestablece algún impuesto a los altos ingresos, y en plena tensión con los gremios estatales por los miles de contratos que se están cortando.

Cada vez queda más claro que el negocio del actual formato de poder es denunciar castas en la política, en los sindicatos y también en el empresariado (es cierto, no así con los jueces, pero bueh). 

En medio del crecimiento de casos de dengue, se presentó en sociedad el ministro de Salud, Mario Russo, y agitó la idea del lobby farmacéutico respecto del reclamo por la vacuna, que en este caso desarrolló la empresa japonesa Takeda y fue aprobada en abril del año pasado por la Anmat.

En ese clima se montó Federico Sturzenegger, el monje negro sin cargo detrás de las desregulaciones, y puso sobre la mesa la vacuna antiaftosa, que fabrica principalmente en el país Biogénesis Bagó, desde 2001. Un competidor se presentó en estas horas y pidió importar 15 millones de dosis, para romper lo que consideran un monopolio protegido por regulaciones y frenos de hecho que, según Sturzenegger, le habría permitido embolsar US$2000 millones en los últimos 20 años.

Hugo Sigman y Daniel Sielecki, accionistas principales de Biogénesis Bagó.

La firma se defiende. Asegura que se trata de acusaciones falsas, que hay tres empresas que producen el fármaco y que es un “orgullo” para el país tener un conglomerado capaz de producir vacunas de sanidad animal que se exportan a todo el mundo y permiten potenciar a la ciencia. Además, indican que siempre se pudo importar otras alternativas.

Será otra pelea para poner en la lista del “ellos contra nosotros”. Los accionistas de Biogénesis Bagó son pesos muy pesados en la historia de la industria farmacéutica nacional. 

Uno es Hugo Sigman, de muy buena llegada al peronismo y en especial a Cristina Kirchner. El otro es Daniel Sielecki, habitual anfitrión de Macri en su casa de Cumelén, en Bariloche. Siempre fue un tándem ideal para atravesar las últimas dos décadas de una grieta que, como se ve, quedó vieja.