Mientras el Gobierno celebra el superávit fiscal alcanzado en los dos primeros meses del año, nuevos institutos y consultoras se suman a advertir que el sector que más caro pagó el precio de ese superávit es el de los jubilados y pensionados. En este caso, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y la consultora LCG señalaron que el mayor recorte aplicado en enero y febrero cayó sobre las jubilaciones y el llamado gasto social.
Analizando la ejecución presupuestaria de febrero del Sector Público Nacional No Financiero (SPNNF), el IARAF indicó que, en enero y febrero del 2024, “el gasto primario descendió un 38% interanual real” convirtiendo al dato en la mayor variación interanual para un bimestre en los últimos 30 años. En ese contexto, “el déficit fiscal se convirtió en un superávit fiscal de $338.000 millones” y todo ese cambio se puede explicar “por una reducción real del gasto”.
A continuación, los redactores del informe precisaron que de los 16 componentes del gasto 15 tuvieron caídas en términos reales, con excepción de las prestaciones del INSSJP.
“Desde el punto de vista del aporte al monto total ahorrado de $5,5 billones, los gastos que más se redujeron y más aportaron fueron jubilaciones y pensiones contributivas (-$1.873.000 millones), inversión real directa (-$748.000 millones), subsidios a la energía (-$632.000 millones) y salarios (-$385.000 millones). Entre los cuatro aportaron casi $3.641.000 millones a moneda de febrero 2024, es decir, el 66% del total ahorrado”, putualizaron desde el IARAF.
Por su parte, la consultora LCG aportó que “algo más de un tercio del recorte del bimestre responde a un menor gasto previsional y la explicación se eleva a 45% considerando el ajuste en el resto del gasto social (AUH, AAFF, Potenciar Trabajo, etc.)”.
La licuación sigue siendo más preponderante que la motosierra.
Sobre esa base, la firma cuestionó la sostenibilidad en el tiempo de este tipo de ajuste. “Siguen quedando dudas respecto al costo social de esta convergencia fiscal acelerada. Por el momento, la licuación sigue siendo más preponderante que la motosierra y la falta de enforcement para las reformas que el Gobierno intenta aplicar ponen dudas sobre la posibilidad de mantener el ajuste en el tiempo”, expresaron los analistas.
Ya en febrero, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) había alertado que “No es la primera vez que el ajuste fiscal se sostiene licuando jubilaciones, pero nunca con este nivel de intensidad”, estrategia que el organismo consideró “muy endeble”.
