Osvaldo Papaleo es, sobre todo, un militante histórico del peronismo. Nació en La Plata y se dedicó al periodismo y la producción hasta sus 37 años, edad en la que asumió el cargo de secretario de Prensa y Difusión del gobierno de Isabel Perón, en 1975. Tras el golpe, estuvo preso y fue torturado en un centro clandestino de detención.
En una entrevista para Diario Con Vos, habló de la importancia histórica del regreso de Juan Domingo Perón en 1973, de los liderazgos al interior del movimiento en la actualidad y de sus posibilidades electorales en octubre con Sergio Massa como candidato a presidente.
También se refirió al acto en la Legislatura de la Ciudad de la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, y aseguró que “violó el acuerdo de la democracia”: “Me parece un espanto no sólo Victoria Villarruel, que en el fondo es un símbolo menor, sino todo lo que rodeó (el acto): sectores socialistas, radicales, alfonsinistas que tampoco levantaron su voz en esa casa para decir que era imposible hacerlo en ese lugar”, reflexionó.
Usted es un peronista desde la cuna, ¿fue el regreso de Perón el hecho cultural y social más importante de la historia argentina?
No creo que sea el más importante de la historia argentina. Hay muchos, por ejemplo, el 17 de octubre; pero el regreso de Perón el 17 de noviembre marcó una etapa importante no solo para el peronista, sino para el reencuentro de los argentinos. Ahí Perón demostró que dejando de lado muchas cosas dolorosas, como fueron 17 años de exilio, había decidido volver a su patria, dejar su vida por la unidad nacional.
Con la irrupción de la junta militar que derrocó al gobierno de Isabel Perón el 24 de marzo de 1976, usted quedó preso y fue torturado en un centro clandestino de detención, ¿cómo se vuelve a la vida luego de esa experiencia terrible?
Obviamente fue una experiencia no deseable. Años muy duros. Yo creo que nosotros, los que militamos en política, los que tenemos una actitud de protagonizar nuestras ideas, de defenderlas, de exponerlas, estamos preparados para algunas contingencias diferentes al común de la gente; con lo cual no es que seamos héroes, somos consecuencia de un pensamiento político que es integrado con los muchos que han diseñado al peronismo, de lo cual estoy profundamente agradecido. Y estas cosas que pasaron, que las pongo en la etapa de una ofrenda que le damos nosotros al movimiento, que es nuestro dolor personal, yo lo superé porque después de un tiempo me fui al exilio, volví, pero tuve un concepto de lealtad. A nosotros nos agarró el 24 de marzo en la Casa de Gobierno, nosotros nos quedamos ahí esperando el golpe, asumiendo la responsabilidad política que teníamos con el movimiento, sobre todo con Perón, protegiendo a la que fue su última esposa, Isabel Martínez de Perón. Y entonces volvimos con la misma energía y con la misma dignidad que demostramos al no abandonar en esas circunstancias el destino del movimiento. Al final hoy no lo vivimos con normalidad, porque nunca se vuelve a la normalidad después de pasar por eso, pero sí lo podemos exponer a un montón de jóvenes y gente para que sepa el horror que pasó.
Lo llevaba a ese tema para traerlo un poquito a la actualidad y preguntarle especialmente a usted que vivió esa experiencia, ¿qué le genera que Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de la Libertad Avanza, realice un homenaje a las víctimas del terrorismo, nada más y nada menos que en una casa democrática como es la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires?
Me parece un espanto, pero me parece un espanto no sólo Victoria Villarruel, que en el fondo es un símbolo menor, sino todo lo que rodeó: sectores socialistas, radicales, alfonsinistas, que tampoco levantaron su voz en esa casa para decir que era imposible hacerlo en ese lugar. Yo creo que el ámbito que eligió esta mujer no era adecuado y se debió prohibir ese tipo de actos, lo cual no significa silenciarla. Podía ser en un espacio público, en otro lugar, pero nunca en el ámbito de la democracia porque el hecho cultural del golpe de Estado, del genocidio, ya está instalado en el acuerdo democrático que hemos hecho los políticos argentinos. Con lo cual yo creo que se violó el acuerdo de la democracia, se violó la conciencia de los argentinos en una actitud, en muchos casos, pasiva, pero creo que es una actitud cómplice.
¿Quién fue el último gran líder que tuvo la Argentina?
Perón. No sé si el último, pero fue ese gran líder de la historia social argentina del siglo XX. La figura de Perón es excluyente por el volumen que tuvo, por la repercusión social que tuvo su cultura y por el amor que le pasó a su pueblo.
¿A Cristina Kirchner dónde la ubica en esa historia rica del peronismo?
Tiene un rol obviamente importante, preponderante; una mujer que después de dos veces presidente de la nación y una vez vicepresidenta de la nación, me parece a mí que merece un lugar, que se ha ganado un lugar importante, y sobre todo con todos los padecimientos que eso le ocasionó y le generó.
¿Hoy hay algún liderazgo que lo ilusiona en la actualidad, en el presente, sea candidato o no?
No, no que me ilusione. Hay gente que me interesa como (Jorge) Capitanich o el caso de algunos dirigentes jóvenes o relativamente jóvenes que gobiernan que me parecen interesantes. Interesantes como conducta, como pensamiento, como gente estudiosa que tiene un protagonismo. El caso de (Axel) Kicillof me parece muy interesante, una aparición política más joven que el caso de Capitanich, el gobernador de Buenos Aires creo que es una de las apariciones más interesantes de la política argentina.
Como peronista, ¿le gusta a Sergio Massa como candidato?
Me parece bien, sí. Representa una instancia nuestra en un momento, pero lo tenemos que responsabilizar del rol que le toca. Yo creo que está bien. En general, lo que él está haciendo lo está haciendo con bastante eficiencia. Una cosa que me atrae de él es su dedicación a la candidatura. Eso me da la sensación de que es importante tenerlo en consideración. Hoy representa una aspiración nuestra concreta.
¿Unión por la Patria tiene posibilidad de ganar las elecciones presidenciales?
Creo que vamos a estar en la definición. Creo que hemos crecido mucho, en un momento económico serio, pero estamos remediando los problemas. La gente está percibiendo que el gobierno se sigue preocupando por su destino, sobre todo de los que están abajo. Y yo nos veo con chances reales, además el peronismo en marcha despierta ilusión, y sobre todo los militantes. A mí, este peronismo militando, cambiando la dialéctica del proceso, marcando la agenda, claro que me ilusiona.
Lo de Alberto Fernández, ¿fue un experimento que salió mal?
Fue una experiencia que electoralmente resultó, pero hay que reconocerle esto: tuvo dos padecimientos. A los seis meses de gobierno, le tocaron dos años de pandemia, una pandemia de una envergadura inesperada, y después tuvo algunos hechos como la sequía, muchas contingencias que le dificultaron el mandato. Hay que ponerlo en la balanza porque no son cosas menores.
Como periodista, como secretario de prensa y difusión en la última etapa del gobierno de Isabel Perón, ¿cómo ve los medios de comunicación hoy en la actualidad?
Y los veo con una actitud despreciable. La mayoría de los medios del sistema atacando indiscriminadamente al gobierno, creando un clima de odio. Parte del desencuentro nacional es responsabilidad de los medios hegemónicos. Ellos, con su discurso, están creando un enfrentamiento, están alentando situaciones inflacionarias.
