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Columnistas

El ajuste fiscal se volvió un consenso político ¿y popular?

Milei Congreso Econ

La eternidad previa a las elecciones pareciera tomarnos el pelo. Hay mucha incertidumbre por la irrupción de figuras estrambóticas con chances de llegar al poder y por la montaña rusa económica en la que tenemos que llegar al 10 de diciembre, es cierto.

Pero al mismo tiempo pocas veces hubo un consenso tan explícito entre las tres fuerzas políticas con más posibilidades de que lo que viene es un ajuste de las cuentas públicas para que deje de haber déficit. Lo que se debate, a lo sumo, es su profundidad, cómo se consigue o el marco de reformas estructurales o contención social en el que estará embebido, más allá de su viabilidad política y sobre todo, su correspondencia con un plan de estabilización exitoso.

El nuevo acuerdo tácito quedó claro esta semana cuando el viceministro actual de Economía, Gabriel Rubinstein, anticipó en un seminario de la Universidad Torcuato Di Tella que el Gobierno presentará un proyecto de Presupuesto 2024 con superávit fiscal primario, es decir, con una proyección de la diferencia entre lo que se recauda y lo que se gasta antes de pagar la deuda que dé positivo. “Un superávit robusto”, explicó Rubinstein, que no dio detalles pero que sí dijo que incluirá algunas propuestas “disruptivas” para conseguirlo.

Gabriel Rubinstein (centro) y Luciano Laspina (derecha) debatieron en la Universidad Torcuato Di Tella.

Más allá de que pueda haber nuevos impuestos o el fin de exenciones impositivas para diversos sectores empresarios, lo relevante en este punto es marcar que el foco de la fuerza peronista, que se supone ha quedado en la centro izquierda respecto de sus contendientes, sea el orden fiscal como factor central de la propuesta económica

No sería nada diferente de lo que viene siendo la orientación del ministro de Economía y candidato Sergio Massa hasta ahora. En los primeros siete meses del año, por caso, los gastos cayeron 7,3% en términos reales respecto del año pasado según el monitoreo de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP). No hubo tu tía: aún con caída de ingresos por la sequía, se achicaron las erogaciones en prestaciones sociales, obra pública y transferencias a provincias.

Tal vez no quede otra, porque no existen alternativas como en otro momento de financiarnos en los mercados de crédito, dado que nadie nos presta a tasas razonables, ni tampoco de emitir para cubrir gastos, dado que el rechazo de la población a la moneda es transversal. Pero en todo caso sería la primera vez que el reconocimiento de esa restricción no encuentre diferencias en todo el arco político

Lo interesante es que si la coalición de Unión por la Patria todavía representa al kirchnerismo, con Massa y Rubinstein a la cabeza estarían volviendo a los conceptos originales de los primeros años de Néstor Kirchner, que tanto elogian en el equipo económico actual.

Son aquellos momentos entre 2003 y 2007 cuando había superávit fiscal y también donde se exportaba más de lo que se importaba, es decir, había superávit comercial. Los economistas lo llamaban los “superávits gemelos”. Con dólares genuinos en el Banco Central y sin agujero en las cuentas del Estado, la inflación era de un dígito mientras la economía volaba. Matame.

El propio Rubinstein resaltó aquellos números macro en la UTDT y reveló incluso que él, que también era funcionario por entonces, llegó a estar preparando un “fondo anticíclico” para separar guita del boom de las materias primas para cuando llegaran las vacas flacas. Lo pensás hoy y te querés pegar un corchazo. Pero ni eso ni los gemelos fantásticos duraron porque “Néstor y Cristina tomaron otras decisiones”, recordó. 

Además, en un anticipo del imaginario programa de Massa si se pusiera la banda también contó que su programa al ser convocado por esta administración en 2022 era aplicar un shock fiscal, aunque se impuso esta licuación más gradual. Más allá de que tras la devaluación posterior a las PASO lanzó un paquetito de compensaciones de 0,4% del PBI, queda claro cuál es el horizonte del espacio que salió tercero en las primarias con 28,26% según el escrutinio definitivo, no tan lejos de los 28 redondos de Juntos por el Cambio ni tampoco de los finalmente 29,8 de La Libertad Avanza.

“Aprovechaaaame”

Si así juega el peronismo, la necesidad de poder incorporar un matiz en la pelea del giro total de la economía, en tanto, obligó a Patricia Bullrich a bendecir finalmente a Carlos Melconian como su eventual ministro de Economía

El economista que encabeza un plan con los técnicos de la misma Fundación Mediterránea que respaldó a Domingo Cavallo en los 90 representa una apuesta por la explicación popular de un ajuste presentado como más profesional que lo que ofrece Javier Milei, el líder libertario que salió primero en las PASO pero que sobre todo ganó la discusión ideológica.

Con una trayectoria que incluye el paso por el Banco Central de comienzos de los ochenta que estatizó deuda privada y asesoramiento a Carlos Menem en su intento por volver a la Presidencia en 2003, más allá de su paso como presidente del Banco Nación con su amigo Mauricio Macri, los años de consultor ultra demandado lo transformaron en un comunicador masivo, entrador, divertido y capaz de interpelar a cualquiera aún sin dar demasiadas precisiones.

Puede responder “qué lindo que sos”, hablar de Racing, decirle a un periodista “aprovechaaaame”, recordar su mítica zapatería en Valentín Alsina y decir más veces “culo” o “mierda” que “crawling peg” u “overshooting”

Sin embargo, cuando hace dos meses detalló su programa de medidas en un asado en Jesús María, Córdoba, los comensales se llevaron apuntes concretos de recortes para equilibrar las cuentas: una reducción del gasto de hasta 4 puntos del Producto Bruto Interno con foco en baja de subsidios, transferencias a provincias y una baja del 25% del personal de la administración pública nacional

El combo del recorte fiscal que ofrece la presidenta en uso de licencia del PRO, por otra parte, parece completarse al menos desde el discurso con el que acompañó a Melconian el jueves en la presentación en Córdoba con conceptos más propios de un candidato peronista que otra cosa

Bullrich sorprendió al hablar de que la apertura comercial hay que hacerla “sin dejar caer a nadie”, explicitó que “detrás de cada número hay una persona”, por lo que hay que tener una visión “humanista” de la economía, y redondeó con que tiene un programa “heterodoxo-ortodoxo”. Tal vez porque tenía presente la sucesión de logos de empresas que reciben apoyo estatal y protección que iban pasando por la pantalla mientras hablaba, explicó que cree en la industria argentina y que somos “un país complejo”.

Bullrich presentó a Carlos Melconian como su ministro de Economía en caso de ganar las elecciones.

Como sea, en el mismo seminario en el que participaba Rubinstein, el diputado Luciano Laspina, que hasta ahora era el economista de referencia de Bullrich y ahora trabajará con Melconian, mostró hasta qué punto los nuevos vientos pueden moldear lo que viene. 

Aseguró que es tiempo de pensar en una reforma de la Constitución Nacional para que no se puedan introducir gastos en el presupuesto del Estado sin su contrapartida de financiación. “Ahora con una mayoría con los libertarios lo podríamos pensar”, expresó, y ejemplificó con el caso de Chile, más allá de que justamente está discutiendo toda su carta magna. 

“Afuera”

Milei, a todo esto, como si hubiera detectado que ya impuso la necesidad de achicar el Estado y sólo se discute el modo y los grados, se da el lujo de prácticamente archivar su promesa de dolarización de la economía argentina para concentrarse en gritar “afuera” cuando enumera en los sets de televisión los ministerios que cerraría de un plumazo.

El plan de reemplazar el peso por el dólar podría quedar “para otro mandato”, terminó de relativizar la idea Ramiro Marra, el candidato a jefe de Gobierno porteño pero sobre todo un broker llamado a tener un rol en una eventual administración libertaria (mirá lo que estoy escribiendo). Además, se redujo al mínimo la circulación de integrantes del espacio por los medios de comunicación.

La falta de dólares y el humo que finalmente resultaron las promesas de que habría financiamiento rápido y fácil para un paquete dolarizador terminaron de convencer al entorno de Milei de que el mensaje hoy se concentre en reducir el gasto, cortar la emisión y acabar con los privilegios de la casta, un programa más parecido a los planteos más drásticos de ajuste fiscal pero ya no un invento que incluya cerrar el Banco Central.

Además, el mercado financiero le venía tomando el pulso. Si Consultatio Financial Services le marcó la semana pasada que primero hablaba de achurar 15 puntos del PBI y después 6, ahora Leandro Ziccarelli, en su podcast Financiero Monetario Internacional, encontró otra contradicción obvia en el plan de Emilio Ocampos y Nicolás Cachanovsky, que había adoptado el liberatrio. ¿Cómo es que iban a poner de garantías los ingresos por retenciones para pedir el préstamo para dolarizar si al mismo tiempo las iban a eliminar en el marco de la reforma del Estado?

La cuestión es que tras imponerse en las PASO, Milei es ahora el sol en torno al que gira la política argentina, como anticipando tal vez prematuramente que un nuevo orden político ha llegado. 

Hay gobernadores y candidatos que pisan el palito y ya dicen que lo votarían en una segunda vuelta si los de su palo quedaran afuera. Hay sindicalistas de toda la vida que olfatean el poder como nadie que ya le tiran flores. Imaginate lo que pasaría si efectivamente el tipo es Presidente. 

La antena que concentra los contactos del poder que se arrima es el celular de Guillermo Francos, que tras cerrar su paso por el Banco Interamericano de Desarrollo como representante de este gobierno, volverá de Washington hacia mediados de mes para arrancar un tour de encuentros con mandatarios de todas las provincias

Con 73 años, suena como eventual ministro del Interior pero el establishment lo considera un puente del libertario con con un mundo de gente que no lo conoce. “Me hace acordar a lo que era Alberto Fernández cuando apareció Néstor en Buenos Aires”, dijo un hereje de las comparaciones.

El resultado es que por la reacción del macrismo pero sobre todo por cómo se posiciona el peronismo, da la impresión de que el ajuste fiscal se volvió un eslógan popular, que proponen hasta quienes lo critican

Francos fue quien puso a Milei al frente de los equipos técnicos de la Fundación Acordar para la candidatura presidencial de Daniel Scioli en 2015, así que tiene para demostrar que el hombre de los pelos revueltos no es antisistema, sino sólo un outsider muy expresivo y algo resentido, que ha sabido canalizar el hartazgo de mucha gente con sus diatribas contra la dirigencia política, a la que llama casta, y con una propuesta: sacarles la plata del Estado, a través del ajuste fiscal.

El resultado es que por la reacción del macrismo pero sobre todo por cómo se posiciona el peronismo, da la impresión de que se volvió un eslógan popular, que proponen hasta quienes lo critican. Al menos como enunciado, ahí está, como si fuera un nuevo consenso de buena parte del electorado y también de los dirigentes, que apenas se dividen entre los que licúan el gasto -haciendo que crezca menos que la inflación- y los que sugieren reducir directamente las partidas. La vigencia de este acuerdo que nadie pronuncia, se verá en poco tiempo.

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