Un ginecólogo que fue denunciado por abuso sexual, continúa atendiendo en una clínica privada en la localidad bonaerense de Burzaco. Está procesado por seis hechos de abuso en el contexto de la consulta médica en distintos centros de salud privados. La Fiscalía continúa investigando otras dos denuncias en su contra.
Diego Javier Clementi es el director médico del Centro Médico de la Mujer, ubicado en la localidad bonaerense de Burzaco. Tiene ocho denuncias por abuso sexual en el contexto de la consulta médica, pero sin embargo, continúa con su matrícula vigente y continúa ejerciendo como ginecólogo.
La causa está a cargo de la UFI Nº9 de Lomas de Zamora especializada en Violencia de Género y Familiar, a cargo de Sebastián Bisquert. Según fuentes judiciales, "Clementi ya fue indagado por seis hechos y ahora se sumaron dos que están en pleno trámite". La indagatoria se realizó en octubre del año pasado. Al día de hoy "se recibieron dos denuncias más: por un hecho acaecido en el 2000 y por otro más reciente”, dijeron.
A fines del año pasado, Clementi aseguraba ser “Jefe de Servicio del Hospital Evita del Partido de Lanús y docente asociado a la Universidad de Buenos Aires, titular de la cursada de Ginecología”. Al ver estos cargos, la Fiscalía le envió un oficio tanto al Ministerio de Salud de la Provincia como al Colegio de Médicos para informar acerca de la situación procesal de este profesional.
Por su parte, la UBA desmintió que Clementi sea o haya sido profesor titular. Aclararon que solamente estuvo como "ayudante de primera ad honorem". Desde el Hospital Evita de Lanús, dijeron que “tras tomar conocimiento de las denuncias [...] iniciaron las actuaciones correspondientes y, de forma preventiva, desvincularon al profesional de las tareas asistenciales hasta que la Justicia determine su responsabilidad en los casos denunciados”.
Qué dicen las víctimas del ginecólogo
Una de las denunciantes describió tres situaciones de abuso vividas en el consultorio del ginecólogo. Una de ellas, sucedió al realizarse un Papanicolaou. Ella le consultó por unas molestias que había tenido en la zona vaginal y, cuando terminó el estudio, "volvió a mis piernas abiertas y me dijo 'mirá como tenés'. Enseguida vuelve con algo que no sé qué era y me empezó a untar toda la zona genital con mucha confianza como quien toca su propio cuerpo”, dijo. “Cuando me empezó a tocar el clítoris, pude confirmar que estaba haciendo cualquier cosa. Le dije que me dolía, me senté y me fui sabiendo que eso que había pasado estaba mal”, agregó.
Otra denunciante, también contó su experiencia. “Yo había ido porque tenía un problema de hongos y él me dijo que me tenía que revisar. Cuando me estoy acomodando en la camilla me dice 'vení un poquito más adelante' y cuando estoy por hacerlo, me agarra de la cintura con sus dos manos, me acerca a él y me apoya estando yo desnuda y con las piernas abiertas”.
Una tercera denunciante recordó que estaba desnudándose para una revisación cuando Clementí “se ubicó detrás de mí y me tomó la ropa para bajármela él”, alegando “querer apurar la cosa”.
“Me hizo poner en posición ginecológica y me tocó cuando no necesitaba hacerlo, podría haber mirado solamente porque yo fui a consultar por una micosis. Metió sus dedos e hizo movimientos que yo después pude corroborar con otra médica que no corresponden”, continuó.
Otra de las víctimas del ginecólogo, dijo que acudió a él por un aborto que incluyó tratamiento de misoprostol y aspiración manual endouterina (AMEU). “Hizo salir a mi pareja de entonces, me hizo desnudarme de la parte de abajo, no me explicó nada y apareció con una especie de enema que me introdujo en la vagina. Yo no entendía nada y mientras gritaba del dolor porque no me había dado anestesia, él empezó a tocarme el clítoris. Me acuerdo de su cara, una expresión perversa que no volví a ver en nadie más”, relató.
