El queso brie, una joya de la gastronomía francesa, ha cautivado los paladares de los amantes del queso en todo el mundo con su textura cremosa, sabor delicado y aroma distintivo. Desde sus humildes orígenes en la región de Île-de-France hasta su presencia en las mesas de banquetes internacionales, el brie ha dejado una marca indeleble en la historia culinaria.
El queso brie tiene sus raíces en la Francia medieval, donde se elaboraba en granjas rurales cercanas a la región de Brie, al este de París. Su nombre proviene de la palabra "brie", que hace referencia a la provincia de la que es originario. A lo largo de los siglos, el brie se ha convertido en un emblema de la gastronomía francesa y un símbolo de sofisticación culinaria en todo el mundo. Sin embargo, tomó tal representación y fama, que incluso fue elegido durante la celebración del congreso de Viena en 1814, como “el rey de los quesos”.
Lo que distingue al queso brie es su distintiva textura cremosa y su corteza comestible y ligeramente mohosa. La pasta del brie es suave y sedosa, con un centro que puede variar de firme a fundente según su grado de maduración. En cuanto al sabor, el brie ofrece un equilibrio perfecto entre lo salado y lo dulce, con notas sutiles de nuez y hongos que se intensifican con la edad.
En qué platos podemos incorporar queso Brie
- Tabla de quesos: combinalo con frutas frescas, nueces y una baguette crujiente para una experiencia gastronómica completa.
- Tartas: el brie se derrite maravillosamente, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para tartas.
- Sándwiches: utilizá el brie como relleno para sándwiches gourmet. Combinalo con mermelada de higos, peras caramelizadas o jamón serrano para crear sabores contrastantes y deliciosos en bruschettas.
- Ensaladas: Agregá trozos de brie a ensaladas verdes para agregar cremosidad y sabor. Integralo a frutas frescas, frutos secos y un aderezo de vinagreta balsámica para una ensalada elegante y deliciosa.
