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Deportes

Cherquis Bialo y las elecciones en Boca: qué posibilidades hay de intervención y privatización

Boca

Las elecciones en Boca se convirtieron en un tema central, ya no solo por el futuro del club, sino del fútbol argentino en su totalidad. No es sorpresa que el fútbol a nivel mundial es un factor de poder político y económico. Pero en Argentina el fútbol es también un refugio para muchas personas, quizás más dispuestas a luchar por el bienestar de su club que por cualquier medida gubernamental o escándalo político que genere malestar.

Al menos, esta es la visión de Ernesto Cherquis Bialo. El histórico periodista deportivo, con más de 60 años en el oficio, sigue como pocos lo que está ocurriendo en Boca, que según afirmó a Diario Con Vos, es muy claro: “Macri está impidiendo la elección para lograr una intervención. El propósito tiene tres tiempos. A) Evitar las elecciones. B) Designar un interventor. C) Impugnar a cualquier candidato que provenga del riquelmismo”.

Qué tan factible es que esto ocurra depende de varios factores. En principio hay que ver qué decisión toma la Cámara de Apelaciones sobre el pedido del oficialismo de anular el fallo que suspendió las elecciones, alegando groseras irregularidades en la causa. Esto va a pasar esta semana: o se revoca el fallo y se abre la (remota) posibilidad de votar el 17 de diciembre, o todo se patea, con suerte, para marzo de 2024.

Sin embargo, Cherquis cree que Macri está jugando con fuego al sacarse la careta del republicanismo para avanzar con una voracidad inédita sobre la institución xeneize: “Las múltiples causas en las que Macri está imputado son abstractas para la gente; pero ahora me querés tocar el club, que es una causa simbiótica en el espíritu de los argentinos”.

“Boca puede ser el final de la carrera política de Macri. Si logra que no se vote, esto sería juzgado como un hecho que afecta terrenalmente la pasión de la multitud. Principalmente de los socios hinchas de Boca Juniors. Lo puede defenestrar a Macri políticamente para todo aquello que requiera de un consenso popular”, agregó.

En medio de esta lectura, Cherquis Bialo definió el accionar del candidato a vicepresidente por la oposición como un “acto de perversidad manifiesta, porque la perversidad de Macri siempre fue abstracta, subliminal”. “Se sacó la máscara ahora. Porque además va a una conferencia de prensa en la que hace un rol por el cual Don Corleone resulta ser Juan Carr frente a él”.

Además, hay un elemento nuevo: “El advenimiento de Milei como Presidente de la República, en su condición de hincha de Boca, agrava la situación de conciencia de la Cámara. Porque Milei está en contra de Riquelme. Y es un presidente nuevo. No es Macri, y no tiene causas”.

Para el histórico periodista, entonces, la única posibilidad de que se frene la avanzada sobre el club es la movilización popular bostera: "La gente en la calle es imparable, imbatible. Y Boca no es un abstracto. Cuando creen que pueden tener todo y creen que todo comienza, en realidad todo termina. Y cuando Riquelme pueda creer que todo termina, en realidad todo comienza".

El rol de AFA y FIFA

Hay una carta que Boca tiene para contrarrestar la ofensiva judicial. La FIFA posee sus propios órganos judiciales, por lo que la jugada macrista de hacer intervenir directamente a la justicia ordinaria podría ser revisada: “Si yo, FIFA, permito que cualquiera vaya a la justicia, mis cuatro instancias tribunalicias están devaluadas. No existen”.

Ademas, hay un detalle no menor, que es el cargo que Mauricio Macri tiene como presidente de la fundación FIFA. Es decir que si se realizara una denuncia al tribunal de disciplina, la AFA tendría la obligación de tratarlo por una cuestión del mismo orden interno del mundo del fútbol.

“Es gravísimo lo que hizo Macri para la FIFA. Un miembro que apele a la justicia ordinaria, ameritaría, cuanto menos, un apercibimiento de la FIFA y el retiro de la denuncia. Tengo AFA, Conmebol, FIFA y TAS. ¿Por qué voy a la justicia ordinaria?”. La pregunta, entonces, es por qué no se hizo hasta ahora.

Por otro lado, Cherquis afirmó que se necesita un "liderazgo muy especial" en el fútbol para luchar contra poderes externos: “Ese liderazgo lo ejerció solo Julio Grondona. El sabía ponerle freno a la política. Tenía sentido de la justicia, tenía sentido de la deportividad, tenía sentido de la sociedad y tenía además una enorme generosidad para resolver el problema de cada uno, aún vulnerando el reglamento”.

Julio Grondona y Cherquis Bialo, cuando era vocero de la AFA.

Pero hoy, dice, no hay líderes en el fútbol: “Deberían despertarse y manifestarse de una manera diferente. El fútbol no debería permitir que Macri o Milei se metan con la AFA -que sería el objetivo siguiente-. Tampoco debería permitir que se haga cualquier cosa en la AFA, defender su autonomía. No se puede permitir que el poder político avance sobre la AFA”.

Pero lo cierto es que más allá de los aciertos que pudo tener, el Chiqui Tapia no es ni una cuarta parte de lo que fue Don Julio: "Grondona fue más grande por lo que evitó que por lo que hizo, y fue más digno por lo que calló que por lo que dijo. Si Grondona fuera presidente de la AFA hubiera habido elecciones en Boca. Hubiera llamado rápidamente a las partes y hubiera dicho 'ni en pedo una denuncia en la justicia ordinaria, ni se les ocurra. Se vota'. Ese es el ejercicio del liderazgo en una comunidad tan difícil como la del fútbol".

¿Pueden privatizar Boca?

La privatización de los clubes, a través de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), es el sueño que Macri tiene pendiente hace más de 25 años. Y lo intentó más de una vez, incluso con el propio Xeneize, cuando era presidente del club. Pero claro, era otro Macri, con muchísimo menos poder que ahora. Y encima, en el medio estaba ese líder de peso en AFA.

La primera vez que Macri intentó privatizar un club fue en 1993, cuando quiso comprar Deportivo Español, mudar su localía y hasta cambiarle el nombre. Sin embargo, una asamblea de socios le impidió concretar el negocio que había planeado con el polémico Francisco Ríos Seoane, presidente del club en ese entonces.

Ya en Boca, en 1998, le presentó a Grondona un proyecto que pretendía modificar el Estatuto de la AFA para que se admitiera de manera oficial a las SAD. El poderoso dirigente de entonces habló con cada uno de los presidentes de los clubes que votarían para, básicamente, recordarles los pormenores de tal cambio. Pero al presidente de Boca lo apoyó desde el principio. A la hora de votar, la única mano alzada por el sí fue la de Macri, lo que terminó con una frase de Don Julio que quedaría en la historia: “Perdimo’, Mauricio”.

Sin embargo, de ese Macri a este pasó tiempo y una envidiable carrera que lo depositó en la Casa Rosada primero, y ahora en un mejor lugar: a las sombras de la misma. Además, un detalle no menor es que hace algunos años mantiene unos estrechos vínculos con nada más ni nada menos que el Emir de Qatar, quien ya le habría prometido la plata necesaria para construir la nueva Bombonera.

Al Thani, Emir de Qatar, junto a Mauricio Macri en 2018.

“Yo te digo como lo imagino”, dijo Cherquis mientras se acomodaba para explicar su hipótesis: “No va a poner un cartel ‘se privatiza’, obviamente. Él va a conseguir hacer el estadio nuevo, para lo cual ya tiene 500 millones de dólares de Qatar. Esa guita hay que devolverla. Tenemos un problema: no podemos sacar guita del club para empezar a amortizar la deuda con Qatar. De manera que primero vamos a contratar al 9 de Qatar, que me lo pidió el Emir, y después vamos a empezar a devolver con algo. Y lo que el tipo me está pidiendo es una parte de los activos, una participación. Él va a invertir y va a seguir reinvirtiendo en Boca, pero le tenemos que dar una participación de la marca Boca. Y así empieza, de a poquito. Es una privatización encubierta al principio para pagar una deuda que al club le resultaría muy difícil pagar en la situación en la que se encuentra el país”.

Sería, así, un plan a largo plazo. Muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en muchos clubes europeos, donde un inversionista lo compra de manera directa. Eso acá, según Cherquis, sería mucho más complicado: “Hay que hacer un holocausto, porque mientras viva un hincha de Boca no lo van a permitir”.