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Columnistas

Soñé que voleaba

sueños

No me voy a hacer el Gil.

Sé que los seres humanos tenemos en el misterio de la vida, pero sobre todo en el de la muerte, una de las recurrencias de pensamiento más potentes e inevitables.

Soy parte de ese equipo que todos integramos, naturalmente.

Pero para mí hay un misterio tan o más importante para los que estamos vivos, y es el de los sueños. La vida onírica propia y ajena me genera un interés superior.

Me resulta muy llamativo estar escribiendo esto un sábado por la mañana, casualmente cuando se cumple un nuevo aniversario de la primera publicación de "La interpretación de los sueños" de Sigmund Freud.

El padre del psicoanálisis encontró en esa publicación, allá por 1899, algo así como un hit que lo impulsó definitivamente a la fama mundial.

Para que se entienda, "La interpretación de los sueños" fue para Freud lo que "Cachete, pechito y ombligo" para "Pancho y la sonora colorada". Hit y fama eterna, para el austriaco y para Pancho, y en partes iguales.

Contenido manifiesto y contenido latente, deseo, represión, consciente e inconsciente, restos diurnos y demás yerbas, forman parte de esa especie de mecanismo que se activa en el alma y el cerebro cuando soñamos.

Algo así como que hacemos lugar para el otro día, como cuando nos aflojamos el cinturón porque llegó el helado.

Descartamos cosas y reseteamos la máquina.

La mejor definición sobre el asunto es la frase que marca que "La locura es un sueño largo, y el sueño una locura corta". No recuerdo si la frase es de Freud, Schopenhauer o Marcelo Iripino, pero quién haya sido, se pasó..

Mis sueños más vívidos se dan entre la noche del viernes y la mañana del sábado. Será que uno se relaja hacia el fin de semana y no solo que se entrega al mecanismo sino que también luego recuerda "La locura", pero a mí me pasa de ese modo.

De hecho, sólo hace unas horas, "Soñé que voleaba".

Yo era tenista profesional, y se jugaba el torneo de tenis y psicología de "Rolón Garros" en París. Guillermo no era Vilas, sino Vila, y caminaba de la mano con David, que a su vez no era Nalbandián. En el cuadro principal estaban, entre otros, 'Divan Ljubicic', 'Brad Pete Sampras', 'Ivano Nadal', y 'Federico Rer', a quién le decían Fede.

Yo era, en esa locura corta, un jugador aguerrido y de ataque.

No me faltaba ni me sobraba nada, como le pasa al "Yo despierto".

Creo recordar algunas de sus reglas, pero la que más me llamaba la atención es que si hacías 'Doble Palta' te cobraban como mil quinientos pesos de multa.

Los premios se cobraban en dólares billete cabeza grande, y la cara que portaban era la de Ruggeri.

Tenistas

Pude ganar varios partidos. Me enfrenté al Gato Audio, que no usaba raqueta, sino una Spica gigante, y recuerdo no festejar el triunfo, seguramente culposo por mi amor a la radio.

Él varias veces gritaba 'Que mal la estoy tasando!" Entiendo que ahí está proyectado mi deseo de ser propietario de algo alguna vez, pero quién sabe.

Perdí la final contra 'Michael chanch' un porcino que salvaba su vida al vencerme, pues yo le había apostado una cena, y aparecía Marcelo Bielsa solamente para reírse de mi derrota, mientras me miraba a los ojos y me decía "Su enemistad me enaltece".

En la premiación hablé primero, felicité al chancho y me puse a llorar. Nos abrazamos. Me susurró al oído "Cómo será la laguna que el chancho la cruza al trote.." Es impresionante ver cómo la panceta que no fue me humillaba con mi refrán favorito de mi vida diurna.

El licenciado Rolón ingresó al court a entregar su propio trofeo y los aplausos me despertaron.

Claro, el sueño tiene un mecanismo de defensa que hace que uno coloque sonidos para quedarse ahí, cuando en realidad lo que sucede es que nos resistimos a despertar ante un estímulo externo.

No eran aplausos en Rolón Garros.

Me sobresaltaron dos pintores en el departamento de al lado pasando lija a lo loco. Me lavé los dientes, la cara, y me puse a escribir esto.

Me pregunto si de repente en su vida onírica nuestros ídolos sueñan que son nosotros, si su inconsciente o algún resto diurno los tira al llano de la no admiración de los demás, o si el interruptor "Sueño lindo/ Pesadilla" se bambolea simplemente entre el palo y adentro o el palo y afuera, seas arquero o jugador de campo.

Tengo para mí que en algún momento los más venerados le piden ayuda al inconsciente y sueñan 'Al revés'.

Entonces nosotros soñamos que levantamos la copa en Qatar, mientras Lionel se entrega a Morfeo y se transforma en Lionel Messita, un orgulloso carpintero de su rosario natal.

Y quizás, en la próxima siesta, Alexis Mac Allister se permita la fantasía de ser un combo achicado y sin papas, y el Dibu y el Toro, dos franquicias cafeteras.

Quién sabe.

Resto diurno, represión, deseo, contenido manifiesto y contenido latente, etc.

Un misterio, para mí, más subyugante que el propio misterio de la vida y la muerte, o el del amor.

No sé porque casi todo me sucede entre la noche del viernes y la mañana del sábado.

Tan cierto, tan vívido, y tan mal tenista.

"Cómo será la laguna, que el chancho la cruza al trote".

Todavía me dura la bronca…

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