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Quién fue Stormé DeLarverie, la lesbiana que tiró la primera piedra en Stonewall

Hoy es el Día Internacional del Orgullo LGBTQ+ para recordar la razzia policial que llevaron a cabo las autoridades estadounidenses el 28 de junio de 1969 en el local Stonewall Inn, un bar-boliche-espacio cultural neoyorkino que convocaba a lesbianas, gays y travestis a fines de los 60s.

Stormé DeLarverie, la lesbiana birracial oriunda de Nueva Orleans, que para la época era conocida como "la butch de Nueva York", fue la primera en haber sido detenida y lastimada. La detuvieron y la golpearon brutalmente por tener puesta "ropa de hombre".

Después de que la policía la golpeara y esposara, DeLarverie comenzó a arengar a la multitud al grito de "Why Don't You Guys Do Something?","¿por qué no hacen algo?" para resistir e intentar detener la cacería. Según su propio testimonio, y el de un testigo que presenció la situación, después de que Stormé se resistiera y cuestionara su arresto, la policía la subió a una patrulla. Ahí comenzó el motín.

Stormé DeLarverie (1920-2014) posando frente a The Cubby Hole, un bar de lesbianas de Nueva York que continúa funcionando como bar LGBTQ+.

Los "disturbios", que después pasaron a la historia como los "Stonewall Riot", en realidad, comenzaron cuando la Policía de Nueva York irrumpió en el local y quiso llevarse detenidas a las personas que se encontraban ahí. Para 1969, la homosexualidad era ilegal en Nueva York, entonces, los "espacios de la noche", como los bares y clubs, eran los espacios más seguros para que las lesbianas, travestis y gays pudieran circular, relacionarse y existir bajo menor cantidad de amenazas, aunque las amenazas existían (y todavía existen).

El papel fundamental de DeLarverie en los disturbios de Stonewall durante mucho tiempo fue silenciado; también su biografía fue re-escrita y tergiversada. Stormé, una lesbiana con una estética que rechazaba la femineidad impuesta, se dedicó muchos años a "patrullar" las calles del East Village, el barrio donde se encontraba el bar, y los bares de lesbianas, para cuidarlas de los ataques de los hombres y de la brutalidad policial. Se dedicó a las patrullas voluntarias hasta los 80 años, cuando se retiró, a principios de los 2000s.