20 días después del crimen del empresario Gabriel Izzo en San Antonio de Padua, dieron de alta a su esposa, Silvana Petinari. La mujer estaba internada desde el día del crimen con heridas graves en uno de sus ojos y en la zona cervical.
Silvana Petinari tiene 56 años y es pertenece a una familia de empresarios de la Zona Oeste. Se casó con Gabriel Izzo y se quedaron a vivir en San Antonio de Padua. Sin embargo, la madrugada del 9 de junio un grupo de ladrones irrumpieron en la tranquilidad de su hogar para robar. Izzo se levantó al escuchar ruidos y allí se generó la batalla campal que terminó con el empresario muerto y su esposa internada.
Durante el robo, Petinari recibió heridas de arma blanca por parte de los delincuentes. Como consecuencia, perdió el ojo derecho y fue herida de gravedad en la zona cervical. A causa de esto, permaneció 20 días internada en el Sanatorio Los Arcos, en la Ciudad de Buenos Aires.
Luego de recibir el alta, dijo que todavía no se anima a volver a su casa de San Antonio de Padua, donde asesinaron a su marido, por lo que se quedará en CABA. Desde su entorno, sostienen que sigue conmocionada, pero que "va para adelante. Por momentos llora y se angustia, pero está con la mente puesta en cómo seguir. Está muy contenida por sus afectos".
El crimen de Gabriel Izzo
Pocos minutos después de las 4.20 de la madrugada del 9 de junio, Gabriel Izzo y su esposa estaban durmiendo. Sin embargo, unos ruidos provenientes del living alertaron al empresario, quien se dirigió a ver qué pasaba con un arma en la mano.
En el living de su casa se encontró con cuatro delincuentes que habían forzado la persiana de una de las ventanas que daba a la calle. Al verlos, comenzó un tiroteo que terminó con la muerte de Gabriel Izzo de un disparo en la cara. Además, los intrusos atacaron a su esposa, que perdió el ojo derecho y recibió varias heridas que gravedad que la dejaron en terapia intensiva con un delicado estado de salud.
Por este crimen, hay tres detenidos: Gustavo Mc Dougall, Walter Rodríguez Sierra y Gustavo Potenza. El primero confesó que fue el encargado de manejar el auto en el que llegaron y escaparon los delincuentes. "Se ubicó en el lugar como chofer y aseguró que nunca se bajó del auto ni ingresó a la vivienda", contó la fiscal del caso.
Hay dos prófugos con pedido de captura internacional y nacional: Diego Eduardo Correa y Víctor Martín Fernández Galarza.