El mercado de carne vacuna del mundo alterna buenas y malas, pero si la balanza se inclina hacia algún lado, los datos positivos superan a los negativos, al menos, en el aspecto oferta, demanda y precios.

Si se toma en cuenta el informe semestral de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la producción mundial de proteína animal en 2023 aumentará ligeramente hasta los 364 millones de toneladas.

Si bien es cierto que el dato de la FAO señala que se daría una ligera disminución en la producción mundial de carne vacuna, los motivos responden más a factores climáticos que impactan en la alimentación. Por un lado, la escasez de forraje por clima seco en Australia y la Argentina y, por otro, la falta de precipitaciones en Estados Unidos que está generando un aumento del precio del maíz.

A nivel precios, también se destaca el informe mensual de la FAO, el cual indicó que en mayo el índice se situó en un promedio de 117,9 puntos, es decir, un alza de 1,1 puntos (1%) en abril, pero 5 puntos (-4,1%) por debajo del valor registrado en el mismo mes del año pasado.

Carne vacuna argentina

Lo más destacado de nuestro país es que las las exportaciones argentinas de carne vacuna refrigerada y congelada en mayo de este año marcaron un volumen cercano a las 65.100 toneladas peso producto y generaron un ingreso de divisas al país por un valor de 276 millones de dólares.

Esto quiere decir que, con respecto al mes de abril de 2023, el volumen embarcado muestra una suba significativa del 22,4%, mientras que en la comparación del valor obtenido, el crecimiento fue del 16,4%.

Si bien el precio que paga China (principal comprador de la carne bovina argentina) aún está por debajo del máximo histórico (5.900 dólares por tonelada en mayo 2022), los números de mayo marcaron una recomposición que superó los 4.000 dólares por tonelada (según información de ABC).

Fuera de China, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación informó que la Argentina exportó las 29.500 toneladas correspondientes a la Cuota Hilton, logrando de esta manera una ejecución del 100% del cupo asignado a nuestro país, la más alta de los últimos cinco años.

Brasil

Según explica María Julia Aiassa, analista del Rosgan, el país vecino registra un "importante retraso en el cumplimiento de la cuota Hilton, ya que de la cuota brasileña de 8,94 mil toneladas, hasta fines de mayo sólo se exportaron 2,92 mil toneladas, lo que corresponde al 32,6% de la cuota, mientras que países como Argentina, Uruguay y Paraguay a la fecha ya han cubierto prácticamente la totalidad de su cuota".

Australia

Otro de los grandes oferentes de carne vacuna del mundo es Australia, que climáticamente, vive una situación similar a la de nuestro país.

Según la Aiassa, "la faena de mayo aumentó un 30% en relación a lo registrado un año atrás. Este aumento se vio impulsado no solo por una mayor oferta de animales terminados sino también a causa de la falta de lluvias en muchas partes de la costa australiana".

China

"En lo que va del año lleva importado un 8% más carne vacuna. De acuerdo a los datos publicados por la Aduana china, durante mayo ingresó un total de 179.271 toneladas de carne vacuna acumulando en lo que va del año cerca de 1 millón de toneladas, un 8% más que lo importado en los primeros cinco meses de 2022 aunque, en precio, el valor promedio de la tonelada importada registra una retracción del 18% interanual", explica la analista del Rosgan.

Y continúa: "En mayo Argentina fue el principal proveedor de carne vacuna de China cubriendo el 24% del total importado, con 43,7 mil toneladas, seguido por Brasil con el 19% y Uruguay con el 16% de lo ingresado durante ese mes".

Alemania: carne vacuna etiquetada

Por último, Aiassa aporta un dato de color, o no tanto, sobre la comercialización en el país europeo, ya que aprobaron un sistema de etiquetado para la carne que indica cómo se crio el animal.

"Esta herramienta apunta, por un lado, a garantizar la transparencia y la claridad sobre la forma en que se crían los animales y, por otro, a permitir que los consumidores tomen decisiones de compra conscientes. El proyecto de ley también creó la posibilidad de que los alimentos de otros Estados miembros de la UE y terceros países puedan etiquetar sus productos con este sistema de forma voluntaria", finalizó.