En pocos días arrancará una nueva campaña de trigo en la Argentina y los productores registran variables tanto positivas como negativas, por lo cual la primera estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) sobre la siembra nacional del cereal, es de 5,9 millones de hectáreas.
Esta proyección de área sembrada iguala lo de la campaña pasada reflejando además una disminución del 6,9% en comparación con el promedio de los últimos cinco ciclos productivos, que es de 6,34 millones de hectáreas.
El informe de la Bolsa se presentará oficialmente el próximo 9 de mayo durante el Lanzamiento de Campaña Fina, en el marco del Congreso A Todo Trigo, organizado por la Federación de Acopiadores de Granos.
Según la Bolsa son varios los factores positivos y negativos que generan este escenario. Entre los más importantes se puede mencionar el clima, el precio del trigo, los factores macroeconómicos de la Argentina, la relación insumo/producto, etc.
El trigo entre el bien y el mal
En primera lugar, el clima alterna buenas y malas, porque "a diferencia de las últimas 3 campañas, el escenario es favorable para la siembra, con la activación tardía del fenómeno de 'El Niño'", señala el informe, pero aclara: "A pesar de la considerable mejora en las reservas del perfil, está la previsión de un año atravesado por 'La Niña', lleva a muchos productores a optar por realizar barbechos largos, con el objetivo de reservar la humedad almacenada recientemente para los cultivos de gruesa del próximo ciclo".
Por el lado del precio del cereal, se encuentra en valores mínimos desde mediados de 2022, pero también muy por debajo de lo registrado hace un año atrás, en mayo de 2023.
Esta fuerte caída en el precio internacional del trigo implica también que su relación insumo/producto, es decir, cuántos kilos de trigo se necesitan para comprar un insumo, sea desfavorable en comparación con los del año pasado, sobre todo en el caso de la urea, el combustible y los herbicidas, tres insumos básicos en la producción del trigo.
