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Columnistas

Las advertencias del plan Aracre, más importante que la interna

antonio aracre y sergio massa

Hay que armar un comité de crisis”. La propuesta de Antonio Aracre llegó al celular del Presidente el viernes a la tarde, horas después de que el dato de inflación récord del 7,7%. El todavía jefe de asesores de Alberto Fernández entendía que la dinámica de los precios se estaba yendo de mambo y que era peligroso seguir sin hacer nada.

Su idea era reunir a Agustín Rossi (jefe de Gabinete), Sergio Massa (Economía) y Miguel Pesce (BCRA) y diseñar alguna reacción coordinada frente a un Índice de Precios que marcaba 104,3% en los últimos doce meses y ante la posibilidad de una espiralización de las variables. 

El jefe de Estado lo desestimó y contestó que no era conveniente instalar la idea de crisis, que si bien había sido un indicador mayor a lo esperado, había estado marcado por el impacto de la suba de la carne y otros productos puntuales. Es más, dio a entender que desde el Palacio de Hacienda le habían hecho llegar proyecciones de una desaceleración de dos puntos para abril. Droga.

Alberto incluso le escribió que el dato podría andar en 5,8%. Recontra droga. Es una estimación diferente de la que hacen consultoras como Ecolatina que calcula un 7,3% en la primera quincena pero sobre todo de la propia medición de alta frecuencia del BCRA, que al martes ya iba por un 7,4%.

Como sea, las conversaciones siguieron a la distancia el fin de semana. Y el lunes al mediodía Aracre y Fernández almorzaron en Casa Rosada, el encuentro a partir del cual luego se conocería que el ex CEO de Syngenta “calentaba motores” para ir al Ministerio de Economía, como sostuvo esa noche el periodista Carlos Pagni en La Nación Más.

Las acusaciones cruzadas de vos filtraste, vos me operás, lo único más albertista que el hippismo y Spinetta, hicieron el resto durante el martes en el que el dólar paralelo pasaba los $420. Nadie vendía divisas, ni aún el campo con el tipo de cambio especial 40% mayor al oficial del resto de los mortales. El motivo: rumores de salida de Massa y debacle total. Finalmente Aracre se fue y todo quedó como una anécdota menor en un organigrama de gobierno de coalición tan vaqueteado que qué importa una mancha más al Gobierno.

Como hacía cuando era ejecutivo e iba a ver un superior, el fugaz funcionario llegó a ver al Presidente con dos copias de un documento que había mandado a imprimir a un asistente de la Casa Rosada. La ruta de ese archivo tal vez pueda importar. Pero lo más relevante son las advertencias y las propuestas que apuntaba en el material:  

  • Sostuvo qué hay un atraso de un 30% del tipo de cambio oficial. Frente a las presiones por una devaluación, Aracre insistió como ya lo había hecho varias veces con un desdoblamiento y la puesta en marcha de un congelamiento por seis meses con aplicación de la Ley de Abastecimiento; fue una idea que sedujo a Alberto, que recuerda siempre que sólo él y Perón la usaron;
  • Señaló falta de coordinación entre Economía y el Central, lo que hacía que se estuvieran yendo USS 1000 millones por mes de pagos de deuda a empresas aún en plena escasez de divisas por la sequía;
  • Apeló al copyright de padre del “dólar soja” original y cuestionó que se repitiera en el tiempo. Marcó la creciente emisión monetaria para pagar la tercera edición a $300, sin establecer un dólar más caro para las importaciones de los mismos beneficiados. Enfatizó que el mecanismo estaba inyectando pesos que presionan las cotizaciones paralelas y los precios mientras se ajusta a jubilados para cumplir con el FMI, según razonó también en la charla;
  • Deslizó además que Alberto estaba poniendo en riesgo uno de sus pocos atributos que sobreviven: su honorabilidad. Se refería a la acumulación de denuncias de empresarios por el desmanejo de la aprobación de importaciones;
  • En línea con el kirchnerismo más duro, planteo también la necesidad de dar una suma fija de $50 mil pesos a los trabajadores para frenar la caída del salario, una idea que Fernández le volvió a rechazar afirmando que no se cumple y que la CGT se opone;
  • Incluyó también en el paquete la polémica idea de revisar de los parámetros de medición de la pobreza, para comprobar si se estaban computando bien los programas sociales en los ingresos promedio de los hogares, a lo que el Presidente le respondió que lo hable con el titular del Indec, Marco Lavagna;

Aracre explicó todo esto con el paraguas que tal vez lo liquidó: le dijo a Alberto que había que empezar a actuar ya porque si Massa algún día dejaba el cargo para ser candidato todo iba a ser peor. 

De ahí a que alguien viera que se estaba probando su traje con plan y todo y decidiera hacerlo trascender, hay nada. Más en una administración donde nadie se priva de un mensajito.

Habrá sido otra interna. Una más. Después, la vida sigue. Y la sensación de que todo está a punto de irse de las manos, también.

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