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Mundo

No se termina la tensión en Francia tras la aprobación de la reforma previsional de Macron

La corte constitucional más importante de Francia aprobó la propuesta del gobierno de Emmanuel Macron de subir la edad jubilatoria de los 62 a los 64 años. El fallo significa que el gobierno puede oficializar la reforma previsional la semana que viene. Finalmente, entraría en efecto a fines de este año.

El gobierno tenía la esperanza de que el fallo le pusiera un freno a los tres meses de protestas que generó esta medida, pero la policía está en alerta por las posibles movilizaciones que se realicen este viernes.

El consejo constitucional falló a partir de un pedido presentado por la primera ministra francesa, Élisabeth Borne. Ella quería que examinasen si la propuesta de reforma previsional era constitucional. Ellos aprobar la reforma en su conjunto, pero sacaron algunos elementos menores por improcedentes en una legislación que intervenía el presupuesto de la seguridad social. Ahora, el gobierno tiene dos semanas para promulgar la ley.

Luego de tres meses de protestas, algunas de ellas violentas, con choques con la policía, la crisis política francesa aún no terminó. Sindicatos y dirigente opositores siguen presionando al gobierno para que archive el aumento de dos años de la edad jubilatoria, y las encuestas muestran que alrededor del 66% de la población está en contra de la medida. Macron, por su parte, reafirmó su posición en una visita a Notre Dame: "Mantener el curso, ese es mi lema".

En Paris, mientras tanto, la policía antidisturbios se dedicó a proteger los alrededores del edificio del consejo constitucional. Todas las manifestaciones callejeras fueron prohibidas en el área, y cerraron varias estaciones de subte para evitar que la gente llegue hasta allí. La policía esperaba manifestaciones de hasta 10.000 personas a partir del fallo, y ya había cientos de estudiantes universitarios y de secundaria reunidos hacia el mediodía. Los sindicatos y manifestantes independientes se estaban empezando a juntar cuando el falo fue anunciado.

El consejo constitucional, además de aprobar la propuesta de ajuste de Macron, rechazó un pedido de la oposición de realizar un referéndum sobre la ley de jubilación. Este hubiera sido un proceso largo, que tendría que comenzar por juntar firmas del 10% del electorado en nueve meses. Ahora, se realizó un nuevo pedido de referendúm, sobre el que se decidirá en mayo.

Mientras tanto, se espera que Macron se dirija a su nación, a través de la televisión, en los próximos días. Luego de rechazar llamados a tener reuniones con líderes sindicales en las últimas semanas, anunció que recibirá a los representantes de los trabajadores para discutir la semana que viene. Sin embargo, desde el sindicalismo exigen que, antes de la reunión, el presidente baje la legislación que, por el momento, logró imponer.

Aún no se sabe como piensa Macron enfrentar la crisis de confianza en su gobierno. El mes pasado, cuando el gobierno utilizó una suerte de decreto para saltar al Legislativo para aprobar esta reforma previsional, se volvió patente lo difícil que es gobernar hoy en día para el gobierno centrista de Macron. Su partido perdió la mayoría parlamentaria en junio, y no logra encontrar pactos que le permitan asegurar sus propuestas. Mientras tanto, las encuestas muestran que más del 60% de los franceses apoyan las protestas contra su gobierno, un número que viene creciendo fuerte durante los últimos meses.

Las movilizaciones lograron expresar un profundo enojo contra Macron. Los manifestantes supieron expresar que él está lejos de sus preocupaciones reales, y que quieren proteger la estructura de bienestar social francesa y sus servicios públicos. El gobierno, mientras tanto, argumenta que es necesario aumentar la edad jubilatoria para sostener el sistema de seguridad social.

Eric Woerth, un viejo dirigente del partido de Macron, expresó que si bien lograron aprobar la ley, no lograron "convencer a la gente". Añadió, esperanzado: "Una vez que el volcán se enfríe, y la gente vea las cosas con un poco más de distancia, tal vez una parte de ellos piense que capaz teníamos razón". Concluyó: "El sistema de pensiones francés necesitaba decisiones impopulares para conservarse".

Por el momento, la situación en Francia va a continuar siendo compleja. Los sindicatos advirtieron que seguirían movilizados y Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda francesa, afirmó: "La lucha continúa". Marine Le Pen, la ultraderechista opositora al gobierno, comentó: "El destino político de la reforma de las pensiones no está sellado".