Tras una hora de cuarto intermedio, se reanudó la audiencia con la declaración testimonial de Juan Bautista Besuzzo, otro de los amigos amigo de Fernando Báez Sosa quien se definió como uno de los más cercanos. Más temprano habían declarado Oscar Rossi, el suegro de Fernando y su amigo Lucas Filardi.
Permeado por el lenguaje policial con el que el joven se vio obligado a convivir en estos tres años de burocracia y dolor, dijo: “Un masculino le pegó a Fer una piña que lo sienta. Otro masculino le daba patadas en la cabeza. Dándole patadas en la cabeza. Fer estaba inconsciente”, dijo el joven.
Besuzzo pudo identificar a algunos de los agresores de Báez Sosa y afirmó: “Si tuviese que decir... uno era Enzo Comelli. Es uno de los que le da uno de los primeros golpes y lo dejo arrodillado”. Además, aseguró que Máximo Thomsen "le dio tres patadas en la mandíbula..(se señala la cara) Realmente no puedo especificar cuántas personas eran. La sensación es que el ataque fue hacia Fernando", sostuvo.
El abogado de la familia de la víctima, Fernando Burlando, le pidió a Besuzzo que describiera cómo fueron las patadas que recibió Báez Sosa de parte de Thomsen. "La sensación es que le daba puntinazos. Fueron tres patadas directo a la cara, con bronca", respondió el testigo.
Más tarde le mostraron a Besuzzo el video del ataque que fue recuperado del teléfono celular de Lucas Pertossi. Luego, el amigo de la víctima sostuvo que “la sensación fue que el ataque fue hacia Fernando y que cuando cualquiera quiso impedir el ataque no pudimos o nos sacaron. No nos dejaron ayudarlo”.
“Jamás esperamos la agresión, jamás pensamos que afuera iban a venir a buscarnos”, dijo el testigo. Recordó que cuando se cruzó a Le Brique para pedir ayuda, escuchó que alguien dijo: “Son los mismos de siempre”, pero no pudo precisar si ese comentario fue de un patovica o de alguien que hablaba con un patovica.
Según contó Besuzzo, luego del ataque Fernando estaba tapado con mantas. "No media la gravedad de lo que estaba pasando. A Fer lo acariciaba y le decía 'amigo, vas a estar bien, tranquilo'. Fer no respondía. En mi cabeza añoraba la posibilidad de que estuviese escuchándome. El ultimo recuerdo que tengo suyo es arrodillado con un masculino pegándole en la cara", relató.