La Cancillería Argentina emitió un comunicado por el que condenó el ingreso por la fuerza de policías de Ecuador en la embajada de México de dicho país, para detener al exvicepresidente Jorge Glas. La declaración del Gobierno se sumó al repudio de otros países de la región, como Brasil, Chile, Uruguay y Colombia.
"Como Estado Parte de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 que ha otorgado recientemente esta condición a dirigentes políticos venezolanos y se encuentra a la espera de la emisión de los correspondientes salvoconductos, la República Argentina se une a los países de la región en la condena a lo sucedido anoche en la Embajada de México en Ecuador y llama a la plena observancia de las disposiciones de aquel instrumento internacional así como de las obligaciones que surgen de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas", señaló el comunicado de Cancillería.
Jorge Glas contaba con asilo político por parte de la embajada ecuatoriana desde diciembre pasado. A pesar de ello, un grupo de policías entró por la fuerza al establecimiento diplomático de jurisdicción mexicana y se lo llevaron detenido.
Glas había sido vicepresidente de Rafael Correa y de Lenín Moreno y contaba con una orden de detención en el marco de una causa por corrupción. Tras los acontecimientos en la embajada, la Presidencia de Ecuador se pronunció sobre el episiodio y aseguró que “ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político”.
Era esperable que Argentina emitiera un comunicado de este estilo ya que, a pesar de que Glas se ubico en el polo ideológico opuesto (fue vicepresidente de Rafael Correa, además de ocupar otros cargos en su gobierno), lo cierto es que la embajada Argentina en Venezuela también dio asilo político a dirigentes opositores. No repudiar el episiodio por parte de Cancillería hubiera implicado no defender el instrumento poítico por el cual la propia diplomacia argentina defiende a otros dirigentes políticos en otros países