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Columnistas

Martín Ocampo, sobre el protocolo antipiquete: “A veces lo que venía a ser solución termina siendo un problema”

Martín Ocampo

El procurador de la Ciudad de Buenos Aires, presidente de la UCR porteña y dirigente cercano al sector de Martín Lousteau, Martín Ocampo, puso en duda el funcionamiento del protocolo para las fuerzas federales de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En diálogo con Diario Con Vos, consideró que la iniciativa debería ser una “norma práctica” y no “doctrinaria”. Además, cuestionó a la ministra, a Luis Petri y a Mauricio Macri por acercarse a Javier Milei “a pocos días de que ganara la elección”: “Me hubiera gustado que fuera una discusión dentro de la alianza”, manifestó Ocampo.

¿Con qué desafíos asumís la titularidad de la UCR?

El desafío más importante que tiene la UCR en este tiempo histórico es adaptarse a las nuevas circunstancias de la política argentina. Es una situación novedosa (...). Por primera vez, el radicalismo y el peronismo están en la oposición desde la apertura democrática (...) Tenemos que poder adaptarnos a las nuevas circunstancias y tomar posiciones en términos de políticas públicas.

¿Cómo se ordena en la CABA, más precisamente en la Legislatura, frente a lo que supo ser Juntos por el Cambio?

Nosotros participamos en una alianza. Perdimos las PASO por muy poquito. En algunos trazos generales hay un acompañamiento al gobierno, en las políticas más importantes, porque por eso fuimos a una alianza política. Y hay una idea de seguir funcionando con los mismos valores de Juntos. Intentamos seguir trabajando juntos en la legislatura. Hay bloques distintos, pero hay puntos de encuentro entre todos los bloques que integran la alianza.

Decías hace un rato, Martín, que son oposición ¿esa es una diferencia sustancial con el radicalismo a nivel nacional?

No, no es sustancial, porque eso no es sólo una decisión política del partido. Es una decisión de la gente cuando votó. A nosotros nos puso en ese lugar y al oficialismo lo puso en el oficialismo, por eso perdimos la elección. Patricia Bullrich como candidata de Juntos por el Cambio perdió. Y nosotros estábamos en esa alianza.

¿Y cómo ves que tanto Bullrich como Luis Petri sean hoy parte del gobierno?

Veo que son decisiones personales de ellos, no de sus organizaciones políticas. A mí me hubiera gustado que toda esa situación hubiera sido una discusión de la alianza. Eso no se dio, no solamente con Bullrich, sino Macri también. A los pocos días de la victoria de Milei, tuvo un encuentro por fuera de Juntos por el Cambio. A mí me gusta más la institucionalidad. Si decidimos que vamos a participar de una alianza, hay que respetar que hay otros y que las decisiones se tienen que tomar en conjunto.

¿Qué consideraciones hacés luego del rechazo al DNU y la violencia política que sufrió, entre otros, el senador Martín Lousteau?

Yo creo que no es novedoso, lamentablemente. Por eso creo que el radicalismo tiene un desafío importante, porque hay puntos en los que el radicalismo así no puede negociar. Si hay ataques a las instituciones, si hay violencia como forma de acción política. (...) No podemos ser tolerantes a la violencia, al no cumplimiento de la Constitución. Me parece que son puntos centrales en la vida política de un país.

Yo creo que en el resto el presidente sí puede contar con el radicalismo, por ejemplo, la discusión de la reforma laboral, la democratización de los sindicatos. (...) (Pero la violencia política) no es algo que nosotros podamos tolerar. No lo deberíamos tolerar como sociedad porque el camino de la violencia, ya sabemos cómo termina. (...)

En el mismo sentido, te pregunto. Tras el rechazo del DNU, algunos gobernadores sacaron un comunicado bastante duro diciendo “queremos un cambio en el país y una UCR moderna”, ¿cuál es tu consideración?

Todos queremos un cambio en el país. Por eso hice hincapié que cuando discutamos políticas públicas, el radicalismo tiene que estar. Un partido moderno lo queremos todo, claro que sí. (...) Pero el radicalismo no puede tolerar la violencia como forma de acción política. Eso es un límite importante.

¿Cómo crees que se puede reorganizar hacia adentro del bloque de la UCR, en particular en el Congreso?

Yo creo que con mucho debate interno e idea de pertenencia. Hay determinadas situaciones en las que uno sabe que uno no puede transigir. Pero no son mayoritarias. En el resto hay que sentarse a debatir y tomar decisiones en conjunto. Hay que empezar a respetar y a entender que el radicalismo tiene que marchar en decisiones que nos ayuden a todos los sectores. Creo que el debate interno va a ayudar mucho a que esas decisiones sean mucho más potentes y que encuentren el partido unido. Sobre todo la discusión de políticas públicas. (...)

¿Qué análisis hacés sobre el protocolo de seguridad de la ministra Patricia Bullrich?

Es un intento de ordenar la calle. Desde ese punto de vista, veo bien el intento. La situación es bastante caótica todo el tiempo y creo que no hay que dejar de ver eso. Hay, a veces, un abuso de la herramienta del corte o forma de la protesta, y eso también hace que el Estado tenga que tomar decisiones. En definitiva, la salida que se toma se verá con el tiempo y el uso. Ahora (por el lunes), por ejemplo, tenemos un piquetazo nacional y eso también es producto de las decisiones que se toman. Al final tenemos cortadas las calles porque protestan contra el protocolo, lo que venía a ser una solución termina siendo parte del problema. Estas medidas son muy prácticas, los protocolos no son normas doctrinarias. Son normas de acción, tienen una matiz práctica. Hay que ver cómo funciona, cómo se puede llevar adelante, y si funciona, bien.

Es verdad que hay sectores de la sociedad a los que afectan los cortes, pero, y te pregunto como técnico, ¿no debería haber matices en la aplicación?

Por eso digo, el protocolo es una regla práctica. Es imposible que una norma, cualquiera sea, intente abarcar todos los comportamientos de un ser humano. Hay que tomarlo como norma de acción policial (...)Depende mucho de aquellas personas que lo llevan adelante. Hay situaciones que seguramente hay que meditar. No son lo mismo todos los cortes de calle (...). Por supuesto que hay que tener un sentido común. Hay cortes porque hay peregrinaciones religiosas. No hay que hacer del protocolo una norma santa, casi bíblica.

Uno de los desafíos que tenés ahora como procurador es la coparticipación. La ciudad tiene un reclamo ante la Justicia, ¿qué crees que va a ocurrir con eso?

Mi postura es la misma que la del gobierno que es reclamar lo que le corresponde a los porteños. Nosotros vamos a hacer todo el esfuerzo jurídico posible y esto significa un esfuerzo en las instituciones constitucionales, para poder cobrar y recuperar el dinero que el kirchnerismo sacó. Espero en ese sentido que este gobierno no se comporte de la misma manera que se comportó el kirchnerismo con la Ciudad. Obviamente, recién arrancó y tiene un montón de problemas que resolver, hay que esperar a que se ponga a tono con algunos temas más vinculados a la autonomía de la ciudad. Pero ciertamente lo que yo espero es que no tenga un comportamiento igual al kirchnerismo.

Y si el gobierno nacional no devolviera esos fondos, ¿cuáles son los pasos a seguir?

Vamos a tratar de que la Corte resuelva el fondo de la cuestión. Tenemos una medida cautelar que no se está cumpliendo. Resuelto el fondo de la cuestión ya la cosa va a estar sin debate jurídico posible, con lo cual se intentará después la implementación del pago. Y sobre la medida cautelar también vamos a requerir a la Corte que esa sentencia que dictó se cumpla.

¿Qué pensás de estos primeros meses de la nueva gestión de Jorge Macri?

Como toda nueva gestión está tomando control de todas las situaciones que tienen que ver con la organización del gobierno. Tiene la ventaja de venir de dos administraciones, tanto la de Macri como la de (Horacio Rodríguez) Larreta, entonces la gestión de la ciudad anda bien. El desafío es poder mejorar eso. Jorge está plantado en esa idea. Lo veo con ánimo y predisposición para mejorar todos los días. Incluso hasta poner en crisis cosas que se hicieron antes. El avance en este sentido tiene que ser abierto. Tiene que poder permitirse cuestionar lo anterior porque aparte las cosas cambian. No es lo mismo el 2007, cuando asumió el primo, que el 2024.