El exministro de Trabajo entre 2003 y 2015 Carlos Tomada habló sobre la reconstrucción del peronismo, el movimiento obrero y la posibilidad de mayor conflictividad social, la política económica de Javier Milei, su convocatoria al Pacto de Mayo y la inclinación anti diálogo del Presidente.
“Hay palabras que se usan con cuidado por eso no me gusta caracterizarlo como fascista, pero claramente es un presidente que hace un planteo absolutamente totalitario, no hay espacio para nada, ni para la divergencia, ni para la diversidad, ni para la digresión”, reflexionó Tomada en diálogo con Diario Con Vos.
¿Qué análisis hace del discurso del presidente de apertura de sesiones?
Me parece que el Presidente ratificó y reiteró, por un lado, su ideario, su actitud y su gestión en el sentido de que fue un discurso muy violento, provocativo, desafiante. Es muy raro ver a un presidente que cierra su intervención proponiendo un pacto cuando amenazó durante todo el discurso que si no había predisposición iba a seguir profundizando las medidas que han causado tanto dolor al pueblo argentino. Ni siquiera pudo ser original, fue tan explícito como todo lo que hace este hombre. Nos encontramos sin sorpresas, en todo caso la sorpresa fue la contradicción entre todo el texto y el cierre. Como curiosidad, fue un discurso en el que hubo dos palabras que no aparecieron en ningún momento: trabajo y trabajadores. Me parece una ausencia que cuenta cómo ve el mundo, la política y su postura ideológica.
¿Cómo analiza la convocatoria al Pacto de Mayo?
Habría que consultar a algunos de los muy numerosos textos que hay sobre diálogo social si es posible ir a una mesa de negociación con los condicionamientos principales ya resueltos porque el objetivo de (Javier) Milei es lograr aprobar la ley de ómnibus y el DNU con lo cual modifica, ya no solamente derechos, sino que modifica la identidad cultural de nuestro país y de nuestra historia. Es, no lo quiero usar en mi sentido partidario, pero es tan radical el planteo, tan brutal. Si el planteo es ‘aprueben esto y después nos sentamos’, no sé para qué habría que sentarse.
Además es ‘apruebenlo, pero entero, no me modifiquen nada’...
No, es que no hay ningún espacio de negociación. Yo esto no lo he visto en política nunca. Gracias a la política han pasado muchas cosas buenas en este país, contrariamente a lo que se pretende contarnos, que en 100 años todo es un fracaso y recién ahora vamos a poder encaminar la Argentina. Demuestra claramente, hay palabras que se usan con cuidado, por eso no me gusta caracterizarlo como fascista, pero sí claramente es un presidente que hace un planteo totalitario, absolutamente totalitario, no hay espacio para nada, ni para la divergencia, ni para la diversidad, ni para la digresión. El ejemplo claro que da cuenta de cómo viene esto es la transmisión de la Asamblea Legislativa: no mostraron una sola vez en televisión a la oposición. Yo recuerdo que cualquiera de los gobiernos que hemos tenido en los 40 años de democracia, ese detalle no existía, era obvio que se mostraba todo el arco político que estaba sentado en la Asamblea Legislativa. En este caso, explícitamente, no se mostró a ninguno. Quiere decir: ustedes no existen.
El gobierno impulsa la restitución de la cuarta categoría una vez más. Usted hace un rato hacía mención que no estaban las palabras trabajo ni trabajadores en el discurso del Presidente…
Déjeme primero que exprese mi solidaridad absoluta, como ya lo he hecho otras veces, con los trabajadores y trabajadoras de Télam, es solamente la punta del ovillo es lo que le espera a los trabajadores del país y a la comunicación en mi país. Espero que continúe la resistencia. En este caso, sí vale la palabra resistencia.
Lo de los trabajadores de la cuarta categoría ya va para manoseo, ¿no? (...) No creo que eso tenga una gran incidencia en la recaudación en medio de los recortes brutales que están haciendo en otras áreas. Ha desaparecido prácticamente el presupuesto para ciencia y tecnología, entonces no sería necesario. Creo que forma parte, de un mensaje, de esta cosa sufriente, esta cuestión de producir dolor (...).
Estamos en una etapa de ajuste bastante violento por todo lo que mencionamos anteriormente, ¿teme por más conflictividad social en la calle?
Yo debería decir que hoy a la mañana me sorprendí, pero no es cierto, porque ya no hay nada que nos sorprenda. Han logrado que perdamos la capacidad de asombro frente al aluvión de medidas antipopulares, anti-industria. (...) Mencionemos el contexto. Teníamos una inflación enorme al final de nuestro mandato que estaba en el rango de 7 a 12 y ahora está en 15 a 25 y estos eran los problemas que venían a solucionar. Encima de eso, los ingresos no se están actualizando de ninguna manera porque hasta hay dificultades serias en paritarias. Hay precios recontra nuevos, enormes, e ingresos viejos y eso está haciendo caer el consumo. Según la actividad que se tome, las caídas van entre un 15% y un 35%. Entonces, la tijera es doble: cae el consumo y encima a las PyME les van a aplicar este tarifazo, que queda corta la palabra tarifazo, es como una invitación al cierre. No nos olvidemos del rol que cumplen las PyME en la Argentina, forman parte del tejido social y representan el 75% del empleo de nuestro país.
¿Cómo está viendo al movimiento obrero respecto de las medidas de Milei y cree que la CGT se pondrá o se pone al frente de la resistencia?
Al frente de la resistencia, por suerte, se ha puesto con la intervención en la justicia, con la movilización a tribunales, con el fallo que paró la reforma laboral, pero fundamentalmente con el paro del 24 de enero. Lo que estoy viendo es que en muchos sectores ya están reaccionando en lo que le corresponde a su propia actividad o empresa (...) Me parece que eso va a requerir en algún momento una competencia más generalizada y creo, y por lo menos así pienso actuar, creo que se debe acompañar todos los conflictos sectoriales, dándole la mayor masividad y amplitud en la representación. Quiero decir, es perfecto que al conflicto de Télam se haya ido otra gente (...) y así debería ser en todas y cada una de las movilizaciones que ocurran de ahora en adelante.
¿Cómo debe reorganizarse el peronismo?
Una pregunta fácil para el final no había, ¿no? (risas). Recordemos, por hablar de los años de democracia, que hemos perdido dos o tres veces, y en algunos casos, en situaciones similares a la actual, que es una cierta pérdida de la identidad y de la capacidad de representación. Primero, la esperanza. Yo creo que esta gente va a volver a fracasar, como han fracasado todas las pretensiones de hegemonía de derecha o neoliberal en la Argentina contemporánea. Todas han fracasado. A esta le va a pasar lo mismo. Por otra parte, la oposición tampoco se recompone de un día para otro. No ha sido tampoco así en anteriores experiencias. La renovación tardó en aparecer. Kirchner apareció tres años después del estallido. En fin. Lleva un tiempo la construcción. Yo en eso quiero ser razonable.
Es imperioso que el movimiento nacional y popular reconstruya su representación, que reconstruya su conducción, y siempre hemos tenido a mano instrumentos como mensajes de acción política o comisión de reconfiguraciones, para empezar un proceso que yo creo que debe culminar con una con una elección directa con votos de todos los participantes, no solamente afiliados, con todos los activistas con toda la gente que tenga ganas de participar (...) porque, por ahora, lo que se va haciendo es producto del impulso y de la indignación y de cierta organización, el paro de la CGT sirvió como referencia, como un punto de acumulación, pero es cierto que, en algún momento, deberá producirse de los hechos una conducción clara y eso forma parte de la construcción política, de la tarea que todos tenemos que hacer mucha gente que participe, es la única manera en que vamos a poder tener una reconstrucción política que aspire a ser otra vez mayoría.
¿Ve emerger algún nombre en particular?
Yo podría nombrarte dos o tres, pero prefiero que no porque todo el mundo está con una sensibilidad muy particular. Creo en la discusión interna pero no en el internismo, entonces a cualquiera que quiera dar un paso adelante hay que acompañar.
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