El Gobierno nacional se encamina a implementar en las próximas semanas la Canasta Básica Energética (CBE) como un criterio clave en la distribución de subsidios para servicios públicos de luz y gas. La Secretaría de Energía, bajo la dirección de Eduardo Rodríguez Chirillo, propone esta medida para dirigir la ayuda estatal a hogares donde el costo de la energía supere el 10% del ingreso familiar, considerando las diversas "zonas bioclimáticas" del país.
Este cambio implica no solo una revisión de ingresos familiares, sino también la incorporación de nuevos criterios, como la antigüedad de vehículos y la propiedad de bienes, incluyendo aeronaves, embarcaciones o múltiples inmuebles. La categorización de usuarios se amplía para considerar no solo los ingresos familiares, sino también otras variables que reflejen la situación patrimonial.
La asignación de subsidios a las tarifas de gas y de luz se realizará considerando la vivienda como una entidad en la que conviven personas compartiendo gastos. Este proceso incluirá una doble evaluación, excluyendo a hogares que cumplan ciertas condiciones patrimoniales, como la posesión de aeronaves, embarcaciones, dos o más propiedades inmuebles o vehículos con antigüedad menor a 5 años.
En una segunda fase, se compararán los ingresos declarados por los miembros del hogar con el costo de la CBE. Este indicador se ajustará según el tamaño del hogar, la zona climática y contemplará servicios como luz, gas natural y/o gas licuado de petróleo.
En síntesis, el objetivo del Gobierno es subsidiar solo a aquellos grupos familiares para lo que el costo de la Canasta Básica Energética, exceda el 10% del ingreso familiar. Anticipándose a estos cambios, la Secretaría de Energía recomendó a los usuarios ahorrar en el consumo enfatizando la importancia del "uso racional". Entre las sugerencias se encuentran aprovechar la calefacción natural del sol, usar abrigo y frazadas gruesas, y colocar burletes en ventanas y puertas para evitar pérdidas de calor.