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Mundo

Sebastián Piñera, luces y sombras de un animal político

Piñera

Sebastián Piñera murió ahogado este martes, luego de que el helicóptero Robinson R 66 que manejaba cayera sobre el Lago Ranco, 920 kilómetros al sur de Santiago, donde tenía una mansión de veraneo. Tenía 74 años, cuatro hijos y once nietos. Su cuerpo fue recuperado por la Armada de Chile y será enterrado con honores de Estado por el gobierno trasandino, que decretó duelo nacional por tres días.

Piñera no solo fue presidente de Chile en dos períodos -entre 2010 y 2014 y entre 2018 y 2022-, sino que también fue uno de los empresarios más acaudalados del país, uno de sus hombres públicos más influyentes y una personalidad polémica que generó profundos amores y odios.

Nació el 1 de diciembre de 1949 en Santiago, del matrimonio entre Magdalena Echenique y José Piñera Carvallo, diplomático demócrata cristiano. Estudió en el aristocrático colegio Verbo Divino y luego se tituló en 1971 de ingeniero comercial en la Universidad Católica de Santiago, donde fue reconocido como el mejor alumno de su promoción. Dos años después se casó con Cecilia Morel y pocos meses antes del golpe de Estado que cambiaría la historia de Chile, se fue a Estados Unidos para estudiar en Harvard. Tres años más tarde obtuvo su doctorado con la tesis “Economía de la Educación en Países de Desarrollo”. Paralelamente, fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial.

A fines de los setenta volvió a Chile donde prosperó como empresario y referente político, al tiempo que los “Chicago Boys” le ganaban la pulseada a los militares nacionalistas por el control de la dictadura. Su hermano, José Piñera, fue ministro de trabajo de Pinochet y diseñó un nuevo código laboral que debilitó, para siempre, el poder de los sindicatos. Mientras tanto, Piñera cosechó fortuna con negocios al filo de la ley. Como gerente del Banco de Talca, creó la empresa Bancard, que introdujo a Chile las tarjetas Visa y Master Card, y creó un intrincado sistema de desfalco que terminó con la quiebra y con Piñera declarado reo por los tribunales. Como trascendería años después, salió inmediatamente gracias a sus contactos privilegiados con figuras de poder del régimen.

Gracias a ellos, también, participó del proceso de privatización de varias empresas estatales, entre las que destaca la entonces “aerolínea de bandera” Lan Chile. Ya regresada la democracia y con otro de sus hermanos en el gobierno, compraría el 16% de las acciones de la empresa aeronáutica.

Para entonces, Piñera ya era uno de los empresarios más ricos del país y uno de los políticos más influyentes de la derecha.

Fue senador entre 1990 y 1998; precandidato presidencial en 1992 y 1999, pero no llegó a la papeleta final hasta 2005, cuando obtuvo el 25% de los votos. Su momento llegaría en 2010, tras vencer a Eduardo Frei con el 51% de los votos.

Su primera presidencia estuvo marcada por sucesos como el devastador terremoto y maremoto de 2010; un fuerte movimiento estudiantil del que emergió Gabriel Boric; una marcada conflictividad medioambiental; un crecimiento económico que promedió el 5,3%; una derrota diplomática en La Haya ante Perú y por el heroico rescate a los 33 mineros sepultados bajo la Mina San José.

En 2010, además, visitó Argentina para celebrar el bicentenario del país junto a mandatarios que, por entonces, eran todos de signo político opuesto. Meses después celebraría, también, los 200 años de la independencia de Chile.

Tras cuatro años de ostracismo por el regreso de Michelle Bachelet a la presidencia, Piñera volvió a gobernar en 2017, nuevamente vía ballotage, donde se impuso a Alejandro Guillier con el 54% de los votos.

Su segundo mandato fue aún más polémico y conflictivo. Sin el crecimiento económico del primer período, recrudeció la conflictividad social hasta el estallido social de 2019, que dejó un saldo de 34 muertos y más de 3.400 heridos. Tras dramáticos días de protestas, declaró una guerra que fue desmentida luego por el Ejército y su liderazgo tambaleó hasta que sobrevino la pandemia. Decretó el confinamiento y gestionó un sistema público de salud que destacó a nivel mundial por su eficiencia para proveer el servicio de vacunación.

A fines de 2021 le entregó la cinta presidencial a Gabriel Boric, a quien confrontó en el plano de las ideas, pero quiso guiar y condicionar en el ejercicio del poder. En su última entrevista en Argentina, concedida en noviembre a Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos, tras la victoria de Javier Milei, le aconsejó al mandatario argentino no caer en extremos. “Los presidentes debemos comprender que una de nuestras tareas más importantes es unir a nuestros pueblos”, dijo.