Todo el fútbol argentino está hablando del Diablito Echeverri. Y es que el 10 de la Selección Sub-17 con solo 17 años le metió tres goles a Brasil en los cuartos de final del Mundial de su categoría, que se está disputando en Indonesia. No solamente se convirtió en el primer argentino en meterle 3 tantos a la selección vecina, sino que ahora está bajo la lupa de los mejores clubes del mundo. Al menos 8 de los quipos de elite mundial lo están siguiendo muy de cerca.
Real Madrid, Manchester City, PSG, Atlético de Madrid, Inter, Milan, Juventus y Benfica son algunos de los que están siguiendo de cerca el desempeño del juvenil de River. Mientras tanto, en Núñez saben que está en el radar de los grandes y por eso buscarán blindarlo y extenderle su contrato que tiene fecha de vencimiento en 2024. Por su parte, el representante del futbolista ya tuvo reuniones con la comisión directiva millonaria y todo parece avanzar sobre ruedas de cara a la renovación. Además de extender el contrato, buscarán elevar la cláusula de rescisión que hoy es de 25 millones de euros o de 30 millones si algún club se lo quiere llevar 10 días antes del final del mercado de pases.
No es la primera vez que el Diablito Echeverri es pretendido por los grandes del fútbol mundial. Cuando tenía apenas 11 años, el Barcelona llamó a su familia para sondear al juvenil. Sin embargo, Rodolfo D'Onofrio en conjunto con los encargados del fútbol infantil de River, le alquilaron un departamento para poder traer a sus papás desde Chaco y que vivan juntos, teniendo en cuenta que el Diablito extrañaba a su familia.
Por aquellos años, el juvenil la rompió en un torneo infantil que se jugó en Venecia, donde hizo 9 goles en 6 partidos, además de tirar lujos y asistencias. Con los años y los entrenamientos en uno de los mejores clubes de Argentina, el talento se potenció y llegó a entrenar con la Selección mayor de Lionel Scaloni, ganándose el asombro de grandes ídolos albicelestes como Lionel Messi y Ángel Di María. Ahora es pretendido por los grandes y River buscará quedárselo a toda costa. Su destino es incierto, pero lo que sí sabemos es que tenemos talento para rato.