Cientos de miles de tropas del Estado de Israel se encuentran en las cercanías de Gaza listos para ejecutar un gigante operativo en la Franja como respuesta al dramático ataque que Hamas realizó el sábado pasado, en el que se infiltro por primera vez en territorio israelí.

Desde los acontemicientos del sábado, Israel venía anunciando lo que llamaron una "ofensiva total" contra Gaza. Ahora Israel cortó los suministros de agua, combustible y electricidad. La única planta de energía que opera en Gaza quedó fuera de servicio.

Si bien las tropas israelíes todavía no entraron en el territorio controlado por Hamas, lo cierto es que Israel continuó bombardeando la Franja con aviones de guerra, así como Hamas sigue lanzando cohetes y las víctimas continúan en ascenso.

Más de 1000 personas murieron en Gaza por los ataques aéreos israelíes. Los pasos para que la población civil de 2,3 millones de personas hacinadas en unos pocos kilómetros están todos cerrados. Los civiles buscan refugio en escuelas y hospitales.

Más de 250 mil personas abandonaron sus hogares en lo que es el mayor éxodo desde un que un ataque frontal israelí desplazó a más de 400 mil personas en el 2014. Se espera que la guerra recrudezca la miseria de quienes viven en Gaza.

Por otro lado, la tensión entre el grupo islamista Hezbollah, que opera en el Líbano, y las fuerzas israelíes se mantiene. La milicia libanesa informó que disparó dos misiles contra un puesto israelí, como respuesta a la pérdida de tres de sus combatientes. Por su parte, Israel aseguró que sus aviones atacaron un puesto de observación en el Líbano que pertenece a Hezbollah.

Recientemente, Hamas hizo un llamado a Hezbollah a unir fuerzas para combatir al Estado de Israel. Desde Estados Unidos, Biden advirtió a otros países y grupos armados que no entren en la guerra. Además, Washington envió municiones y equipos militares a Israel y desplegó un grupo de ataque de portaaviones en el Mediterráneo como medida de disuación.