A tres semanas de la muerte de Silvina Luna, quien falleció el 31 de agosto pasado en el Hospital Italiano a causa de una insuficiencia renal, se conocieron los resultados de la autopsia realizada al cuerpo de la modelo, que había sido enviado a la Morgue Judicial antes de ser inhumado en el Cementerio de la Chacarita.
Allí, los especialistas del Departamento de Tanatología del Cuerpo Médico Forense explicaron que Silvina Luna tenía en la zona de sus glúteos “numerosas formaciones nodulares, entre irregulares hasta otras ahusadas y fusiformes, de coloración blanquecina y hasta algunas de ellas pétreas”.
Sin embargo, este material no es tomado como causal de la muerte. Por este motivo, solicitaron los “estudios complementarios histopatológicos y toxicológicos” del cuerpo de Silvina Luna para determinar si la muerte es consecuencia de aquella intervención que años atrás le hizo el cirujano Aníbal Lotocki.
En su momento, la Justicia determinó la responsabilidad penal del cirujano en el delito de "lesiones leves" contra la modelo. Sin embargo, tras su fallecimiento, la autopsia se convierte en una pieza clave a la hora de cambiar el carácter del delito a homicidio.
Los nódulos que mencionan los médicos que realizaron la autopsia son los “granulomas” que la mayoría de las personas que denunciaron Lotocki tienen en su cuerpo. Se trata de formaciones duras de distintas consistencias generadas por una reacción del organismo por un cuerpo extraño, en este caso, sería por el metacrilato inyectado.
El informe aclara que varios de estos granulomas se encontraron alojados en el nervio ciático izquierdo, comprimiéndolo, lo que le generaba un importante dolor a Silvina Luna. También se aclara que se hallaron los mismos nódulos en los muslos, es decir que migraron.
En otro punto del informe, el cual lleva la firma de cinco profesionales, los peritos forenses escribieron que “las formaciones nodulares (granulomas) dan la impresión de reemplazar los haces de las masa musculares glúteas”.