Una camioneta que huía de la Policía desde Gerli atropelló a un hombre y una mujer en el barrio de Barracas. Además, en la fuga, el asaltante chocó tres autos. El hecho ocurrió el lunes cuando un delincuente amenazó con un arma y les robó a una pareja el vehículo en el que habían $500 mil para comprar un repuesto.
El episodio quedó registrado por una cámara de seguridad de la zona. Comenzó el lunes por la noche en Gerli, cuando una pareja llegó a un negocio de autopartes con una camioneta Ram 1500. Allí, un delincuente los amenazó con un arma y les robó el vehículo. Luego, huyó en dirección a Barracas.
Ya dentro de la Ciudad de Buenos Aires el ladrón fue detectado por agentes de la policía. Un efectivo a bordo de un cuatriciclo persiguió al asaltante por la calle Alvarado. Sin embargo, el delincuente chocó con su camioneta contra un Renault Scenic y le provocó heridas al conductor.
A pesar de eso, el ladrón continuó con su huida. Cuando un efectivo de la policía le cerró el paso, el delincuente realizó una maniobra para escapar, en la que chocó contra un Renault Megane y un Ford Focus. De todos modos esto no evitó que el asaltante se entregara. Más adelante atropelló a una mujer que transitaba por la zona.
Finalmente, luego de dejar a la mujer tirada en la vereda, el conductor de la camioneta se detuvo al chocar con un semáforo. Tras ese último impacto, un delincuente bajó del vehículo y continuó su fuga a pie por los pasillos de la Villa 21-24. No logró ser alcanzado por el personal policial.
Qué dijo la mujer atropellada por el delincuente
Tanto la mujer como el conductor del Renault Scenic fueron trasladados al Hospital Penna. Allí los asistieron por politraumatismos. “Hoy me tocó a mí y puedo contarla, tuve un dios aparte y unos ángeles de bomberos que no me abandonaron en ningún momento, mil gracias de todo corazón la verdad por su esfuerzo, si no hubiera sido por ustedes yo podría estar hoy en casa, son un orgullo como personas y bomberos”, sostuvo.
Finalmente Noelia, la mujer atropellada, concluyó: “Gracias también a esas personas que me dieron una mano. Dani, un hombre ahí, dos mujeres que no pude reconocerlas, que me ofrecieron agua, y a toda mi familia que jamás me abandona y amigos que me apoyan en este momento. Gracias a todos y ojalá todo esto se termine de una vez, no se puede vivir más con estos sucesos, y ya estamos en tierra de nadie”.
