El príncipe Harry, hijo de la princesa Diana de Gales y del rey Carlos III, presentó su documental "Heart of Invictus", producido para Netflix, donde cuenta las historias de seis veteranos de guerra de Afganistán que él ayudó a sanar mediante el deporte.

Se casó con una actriz, en un matrimonio repudiado por parte de su familia. Renunció a la realeza. Ventiló en un libro "Spare" los secretos de su familia. Intentó alejarse y eso rompió un poco la relación de Harry con su familia. Tampoco le permiten usar su uniforme militar ni las condecoraciones. Ahora, el duque de Sussex vuelve a la carga con su documental, donde revela las secuelas que dejó en su salud mental la guerra de Afganistán, cómo le afectó la pérdida de su madre siendo un nene y el nulo apoyo que recibió por parte de su familia para sanar.

En "Heart of Invictus", Harry cuenta que su mayor desafío fue el hecho de que "nadie a mi alrededor podía ayudarme realmente. No tenía esa estructura de apoyo, esa red o ese asesoramiento de expertos para identificar realmente lo que me estaba pasando", contó. Y agregó: "Desafortunadamente, como la mayoría de nosotros, la primera vez que considerás la terapia, es cuando estás acostado en el suelo en posición fetal, probablemente deseando haber lidiado con algunas de estas cosas antes". El duque de Sussex empezó terapia recién a sus 28 años.

El príncipe Harry estuvo dos veces en Afganistán. Sin embargo, como tantos otros temas, hablar de salud mental en su familia era un tabú. Y en el ejército, decir que tenías una enfermedad relacionada con eso, era mala palabra. "Sólo puedo hablar de mi experiencia personal, mi gira por Afganistán en el 2012 volando en Apaches. En algún momento, después de eso, hubo un desmoronamiento. El detonante para mí fue en realidad regresar de Afganistán", dijo. Sin embargo, el trauma lo acarrea desde la muerte de su mamá: "Lo que surgió fue de 1997, cuando tenía 12 años, cuando perdí a mi madre a una edad tan temprana, nunca fui realmente consciente del trauma que tuve, nunca se discutió”, dice en el documental.

Esa experiencia le disparó la idea de hacer algo para borrar el estigma que hay en la sociedad con respecto a la salud mental, porque en su momento, él no pudo hablar de eso: "Lo suprimí como lo habrían hecho la mayoría de los jóvenes. Pero cuando todo se esfumó, estaba rebotando por las paredes y pensé: ¿Qué está pasando?. Ahora estoy sintiéndolo todo en lugar de estar entumecido", contó.

Asegura que a sus 28 años, "ocurrió una circunstancia en la que las primeras burbujas empezaron a salir. De repente fue como si alguien se sacudiera e hiciera puf. Y después todo era un caos. Mis emociones estaban esparcidas por todos los lugares a los que iba. Pensé: ¿Cómo contengo esto? Pasé de la nada al todo. Ahora necesito agarrar un frasco de vidrio y meterme en él. Mi terapeuta me dijo: Vos elegís lo que entra y todo lo demás rebota".

El príncipe Harry en el ejército

Harry se desempeñó como piloto y artillero de helicópteros Apache en Camp Bastion, al sur de Afganistán. Estuvo allá desde el 12 de diciembre de 2012 hasta el 2013, cuando lo hicieron volver porque la prensa se había enterado de su paradero. Durante su segunda gira, atacaron su campamento para secuestrarlo o matarlo.

En la docuserie, se puede ver a otro Harry distinto del que se conocía hasta ahora. El duque empezó a desarrollar los Juegos de Invictus para ayudar a veteranos de guerra, una causa que realmente le importa.

Este proyecto (que se viene desarrollando desde hace más de dos años), sigue a los competidores de estas competencias en todo el mundo, mientras se preparan para el torneo. Fue durante una proyección especial en California que el duque apareció por sorpresa y habló con los espectadores sobre los sacrificios que hacen los veteranos de guerra y sus familias.