En un encuentro reservado de un importante banco internacional en medio de la corrida, se usaron tres expresiones en inglés para analizar el panorama político que se abría después de las elecciones primarias.
El analista político que hablaba ante los principales ejecutivos de la entidad financiera describió lo que para él era tan o más importante que el primer puesto de Javier Milei. Lo llamó “the blow up of the main opposition”. Es decir, cómo se le esfumaron votos a Juntos por el Cambio comparado con la elección de 2021 y sobre todo la de 2019.
En las primarias para presidente del 11 de agosto de 2019, Mauricio Macri obtuvo unos 7,8 millones de votos y en las generales, más de 10 millones. En las PASO legislativas de hace dos años, el espacio cosechó 8,8 millones. El domingo, la competencia entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta apenas rozó los 6,7 millones de sufragios.
El repaso de esos datos confirman que no sólo perdió Unión por la Patria al quedar en el tercer lugar. También dio un paso bastante en falso la oposición. Todo producto de que Milei fue un pacman de votos.
A propósito, un detalle simbólico que se lee en el escrutinio en Rosario: La Libertad Avanza ganó en Funes, la localidad donde está Kentucky, el country en el que siempre descansa Lionel Messi, y también se impuso en Empalme Graneros, un histórico bastión del peronismo que en marzo fue noticia porque la gente demolió un búnker narco tras la muerte de un chico de 11 años.
Pero guarda: el analista político que contrataron los banqueros también dejó un vaticinio más profundo del mapa político. Aseguró que gane quien gane este año, JxC tiene destino de ruptura.
En las últimas horas, la renuncia de Elisa Carrió a la candidatura para el Parlasur y la oferta de Milei a Macri para que sea su eventual súper embajador por el mundo de golpe anticipan algo al respecto.
“No fit for the position”
El tema es que los financistas hicieron mucho hincapié en lo que puede ser el principal foco de debate para la campaña hasta las generales del 22 de octubre y que en inglés suena así: “Milei is no fit for the position”. Es decir, que “no está apto para el puesto” de presidente de la Nación.
La analogía que hizo un estratega de mercado que participó del meeting es la siguiente: “Imagínense un cirujano con las mejores ideas y la mejor voluntad, pero que nunca operó a nadie, ¿ustedes querrían que los opere en una situación de extrema gravedad?” Si además el cirujano viene con la idea de dar vuelta el quirófano antes de meter mano, te la regalo.
Al mismo tiempo, Milei es descrito como un “one man show”, es decir, como el representante de una fuerza política que, por decirlo así, se circunscribe sólo a él y nada más en términos de poder territorial.
Salvo que diera un batacazo en la provincia de Buenos Aires, no contará con gobernadores propios. Aún si arrasara a nivel nacional, no pasaría de ser una minoría en el Congreso, por lo que requeriría de negociaciones y acuerdos para avanzar con su audaz agenda de cambios monetarios, ajustes en el gasto y eventuales privatizaciones, que además ya exhibe idas y vueltas ante los límites de la realidad.
Los tiempos para dolarizar
La propuesta de reemplazar pesos por dólares, por caso, no sólo encuentra como inconveniente que de golpe aparecen videos de archivo donde el propio Milei se oponía fuertemente, algo que explica porque en esa época “era neoclásico” y todavía no se había pasado a la “escuela austríaca” en materia de pensamiento económico (?).
Ya se anticipa que por ejemplo le faltarán apoyos parlamentarios clave para concretar la liquidación del Banco Central, como le marcó el diputado radical Martín Tetaz en un seminario de FIEL el miércoles a Emilio Ocampo, el especialista en dolarización que se acaba de incorporar a los equipos técnicos del libertario.
El propio Ocampo también tuvo que aclarar por qué en un tuit de 2019 pensaba que no era una política adecuada para el país la que ahora promueve hasta con un libro. “Cuando cambian las circunstancias, cambia mi opinión”, citó a Paul Samuelson para ponerse en contexto.
Como sea, el propio Ocampo adelantó que no se trata de una medida que pueda adoptarse de un día para el otro, al tiempo que el propio Milei está hablando de un horizonte de entre 9 y 24 meses porque antes “hay que resolver el tema de las Leliq”. Es decir, todavía falta nada más y nada menos que decidir cómo llevar adelante la propuesta sin manotear los depósitos de los ahorristas.
Darío Epstein, otro asesor económico de Milei, ya había dicho a su vez que hará falta conseguir financiamiento externo para poder hacer el giro monetario a un cambio parecido al dólar paralelo actual, y que para conseguirlo hará falta dar señales fuertes de equilibrio fiscal.
¿Motosierra?
El mercado financiero también observa que hacen bastante agua las promesas de ajuste de las cuentas públicas del llamado “plan motosierra”.
El último reporte de la firma Consultatio Financial Services lo dejó claro: “La declaraciones de qué sucederá con el gasto son muy vagas y han variado en el tiempo”, escribió el viernes el estratega José Echagüe.
Especifica que mientras hace unos meses hablaba de recortar el gasto público en hasta 15 puntos del PBI terminando con la obra pública, las transferencias a provincias, los subsidios y cortando el déficit de las empresas públicas, en realidad con esas medidas no pasaría del 6% del PBI, según el presupuesto de este año.
Todo esto se suma a distintas muestras de desconocimiento de cómo funciona el Estado cuando asegura que tomará medidas de un plumazo, como eliminar el Conicet.
Además de ser una locura, no podría hacerlo el Poder Ejecutivo por su cuenta. Debería ir por ejemplo contra la ley 25.467 que fija el Sistema Nacional de Ciencia y contra la ley que rige el estatuto del ente, la 20.464. Otra vez: necesitaría apoyos legislativos.
Esto sin contar que es imposible lo que propone en materia de educación, cuando habla del sistema de vouchers para financiar el acceso a la escuela ya sea pública o privada. Hay un pequeño límite: el artículo 5 de la Constitución Nacional establece que cada provincia determinará su sistema de escolarización primaria. O sea, la Nación, con Milei o quien fuera, no puede hacer nada.
¿Cuánto de todo esto lo sabe pero no le importa o lo irá descubriendo a medida que le tocase la posibilidad de tener que gobernar realmente?
Como respuesta a la metáfora del cirujano inexperto que citaban en la cumbre de financistas, obviamente, la respuesta puede ser fácil: “¿vos viste cómo quedamos después de las últimas operaciones de los que sí tenían experiencia y conocían el Estado?”. Si hasta acá todos fueron un poco Aníbal Lotocki, la alternativa Milei se sostiene en pie.
La medida maldita
De hecho, la forma en la que el ministro de Economía, Sergio Massa, supuestamente el político más hábil de todos, llevó adelante la devaluación del tipo de cambio oficial el lunes pasado demuestra que a nadie le sobra nada y que la inestabilidad argentina se come a cualquiera.
El respiro de las cotizaciones paralelas entre el jueves y el viernes, que tras tocar los 800 pesos retrocedieron a $735, fue un RCP al candidato oficialista para tratar de volver a la vida. Nada más.
En las últimas intervenciones televisivas de hecho dejó la imagen de alguien dispuesto a pelear, aunque parezca Rocky Balboa a punto de pedir que le corten el párpado.
“Nos llevó cuatro días estabilizar las variables financieras, cuatro días trabajamos en controlar precios y luego habrá compensaciones”, se inventó un mundo en recientes declaraciones.
Lo que se vio en materia de traslado a precios de la suba del dólar oficial a $350 sin anuncio ni plan integral, realmente asustó. Hubo casos en los que en el primer día hábil post PASO se registraron subas que triplicaban las de toda la semana anterior, según el monitoreo de 250 mil productos que hace la consultora PxQ.
La periodista Graciela Moreno encontró el extremo de la locura en una heladera Gafa en Frávega. Ese lunes valía 204 mil pesos a las 9 AM, pasó a $356 mil a las 11 y tocó los $456 mil cerca de las 19 horas. “¿Nadie va a ser nada?”, escribió.
El corazón con Pato
En paralelo con el viaje a Washington para finalmente conseguir que le manden los US$ 7500 millones como mínimo tras el sapo de haber devaluado luego de negarse todo el tiempo, Massa intentará desde mañana actualizar los ingresos de jubilados, beneficiarios de planes sociales y hasta trabajadores del sector privado, si es que finalmente sale la suma fija más analizada de la historia.
Nada asegura, sin embargo, que no se trate de un alivio transitorio, ya que el peligro del espiral dólar-tasas-precios-salarios está latente. “Si el Gobierno responde con compensaciones nominales, existe riesgo de hiperinflación”, escribió Emmanuel Alvarez Agis a sus clientes tras las primarias. Trancu.
Es dramático en este sentido lo que advierte Consultatio: “La certeza de que la inflación se acelerará implica a su vez que el efecto de la devaluación no sólo se licuará sino que podría dejar el tipo de cambio real en un nivel inferior al previo” al lunes. Traducido: tarde o temprano volverá el FMI a pedir otra suba del dólar oficial.
En el seminario de los financistas se olía a todo esto una preferencia: el plan y los nombres que rodean a Bullrich. La posibilidad de que Carlos Melconian acepte ser su ministro de Economía con Luciano Laspina como presidente del Banco Central, con un plan de reformas agresivas pero sin comer vidrio como Milei es calificado como “el escenario ideal para el mercado”.
Pero también asoma como el más complicado para tener éxito en las elecciones. Milei está cómodo pegándole a la candidata por ser “su segunda marca” y Massa sale a seducir a los votantes más moderados de la oposición que pudieron haber apoyado a Larreta.
Es una corrosión por dos vías sobre Bullrich que lleva a algunos mal pensados a imaginar algún tipo de pacto que nadie reconocerá entre el libertario y el tigrense para dejarla fuera del balotaje.
Cuando el jueves apareció el tuit de Epstein, clave en el equipo de LLA, poniéndole techo a la escalada del blue que tenía al Gobierno contra las cuerdas, los más conspiranoicos se refregaron los ojos.
