El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires informó que entre enero y principios de agosto contabilizó 130 casos de intoxicación por monóxido de carbono y que hubo dos muertos por la inhalación del gas. En este contexto, cabe recordar las causas de estas intoxicaciones y las maneras de prevenirlas.
Según el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud bonaerense, de los 130 casos de intoxicación por monóxido de carbono que se registraron en el año 103 fueron inmediatamente confirmados mientras que los otros 27 califican como casos sospechosos por tratarse de personas que no manifestaron síntomas al momento de la consulta médica.
Asimismo, desde el Ministerio indicaron que la inhalación de este gas se constituye como una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Por otra parte, conforme citó la agencia Télam, la mayor cantidad de estas afecciones sucede en meses de bajas temperaturas porque por lo general surgen de irregularidades en los medios para calefaccionar las casas o espacios de trabajo.
En este sentido, destacaron que la gran mayoría de las inhalaciones son accidentales, intradomiciliarias y altamente prevenibles, y que suelen tener que ver con la contaminación de habitaciones mal ventiladas. En otros casos, las intoxicaciones pueden producirse por la contaminación ambiental producto de las emisiones industriales y del parque automotor.
Cómo afecta el monóxido de carbono al organismo y por qué aparece
En los portales estatales definen al monóxido de carbono como “un gas muy tóxico para las personas y los animales” que “ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno”. De esta forma, disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, haciendo que las células lo reciban en menor cantidad y afectando principalmente al corazón y al cerebro.
Este gas aparece en ambientes con baja concentración de oxígeno a causa de la combustión incompleta de cualquier material que contenga carbono, tales como el petróleo, el carbón, el gas, el kerosén, la madera, la nafta y los plásticos. De este modo, pueden producir monóxido artefactos como calefones, calderas, termotanques, estufas, braseros, salamandras, anafes, cocinas, calentadores, parrillas, hornos y motores de combustión.
Son señales de la presencia de monóxido de carbono la coloración amarilla o anaranjada de la llama de hornallas o estufas y la aparición de manchas de hollín, tiznado o decoloración de los artefactos.
Gran parte de su peligrosidad tiene que ver con que no tiene olor, color, sabor ni produce efectos visibles en lo inmediato, como podrían serlo la irritación de los ojos y de la nariz, con lo cual muchas veces se lo denomina “asesino invisible”. Sin embargo, existen varias señales de alerta a las que es importante prestar atención.
Desde el Ministerio de Salud advierten que son señales de la presencia de monóxido de carbono en un ambiente determinado la “coloración amarilla o anaranjada de la llama de hornallas o estufas” y la “aparición de manchas de hollín, tiznado o decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación o alrededor de ellos”.
Cómo prevenir una intoxicación
Las recomendaciones oficiales para evitar una intoxicación por inhalar monóxido de carbono consisten en:
- Mantener los ambientes bien ventilados
- Si se encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas y apagarlas siempre afuera de la casa.
- No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
- No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.
- No ubicar el calefón en el baño ni en espacios cerrados o mal ventilados.
- No encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en ambientes cerrados, en sótanos o garajes.
Cuáles son los síntomas y qué hacer ante una intoxicación por monóxido de carbono
Los síntomas más frecuentes de intoxicación por la inhalación de este gas, cuando una o varias personas a la vez estuvieron en un ambiente cerrado, son:
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Somnolencia
- Debilidad
- Cansancio
- Náuseas/vómitos
- Pérdida del conocimiento y/o convulsiones
- Palpitaciones
- Dolor de pecho
- Paro cardiorrespiratorio
Ante cualquiera de estas señales, es fundamental abrir puertas y ventanas para ventilar el ambiente, retirarse del lugar para respirar aire fresco y sobre todo acudir a un hospital o centro de asistencia rápidamente, aunque la persona afectada no haya perdido el conocimiento o lo haya recuperado.
