Arabia Saudita y Estados Unidos tienen una relación bilateral aceitada a base del petróleo que los asiáticos encontraron a partir de 1938, once años después de dejar de ser protectorado británico. Ambos son productores, aunque los americanos lo destinan al consumo interno y deben importar crudo, que muchas veces proviene de la península arábiga, donde están las segundas reservas petroleras del mundo, detrás de Venezuela. Desde hace varios años los dos pugnan por ser el nuevo mercado emergente del fútbol a golpe de chequera, pero este año está viviendo su punto más alto con las llegadas de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo a sus torneos. Mientras uno va a organizar el Mundial masculino de 2026, el otro aspira a quedarse con el de 2034, pero con serías chances de influir en la elección del de 2030.
El 2 de diciembre de 2010 el mapa de fútbol mundial cambió, solo que eso comenzó a percibirse cinco años después cuando estalló por los aires el FIFA Gate. La elección de Rusia y Qatar para los mundiales de 2018 y 2022 en Zurich sorprendieron y dejaron heridos en el seno de la organización. Bill Clinton viajó como lobbysta en jefe de Estados Unidos, que quería la segunda sede, y luego de la votación pidió sangre. En un trabajo conjunto del FBI y la justicia suiza en 2015 se hicieron las detenciones en el hotel Baur Au Lac dos días antes que se eligiera presidente. Además se iba a realizar un homenaje a Julio Grondona, que de no haber fallecido hubiese sido uno de los detenidos. En la causa que lleva la justicia de Nueva York no se lo menciona porque la ley estadounidense no permite nombrar personas muertas, pero sí se habla de una persona influyente en la AFA, Conmebol y FIFA. Si quieren ser felices no analicen.
Con la salida de Blatter y la llegada de Gianni Infantino comenzó el proceso de control de daños y reconstrucción. Consciente de la realidad heredada y el poco nombre que tenía, a pesar de que era el secretario general de UEFA, el suizo empezó a hacer valer sus dotes de negociante. Dos años después el Congreso de la FIFA, la reunión anual de todas las federaciones, eligió a la sede tripartita entre Estados Unidos, Canadá y México por sobre Marruecos. El poderío americano no merma porque en 2024 recibirá la Copa América, como ya lo hizo en 2016, y un año después tendrá un premio doble: la Copa de las Confederaciones, a donde Argentina irá como campeón del mundo, y el Mundial de Clubes ampliado con 32 equipos en lugar de los actuales siete, mientras que los saudíes recibirán el torneo de campeones continentales este año. Paradojalmente Arabia tuvo su debut en mundiales masculinos en 1994 en Estados Unidos cuando se fueron en octavos de final versus Suecia. El triunfo contra Argentina en 2022 fue el mejor golpe publicitario que podían esperar y no por nada fueron el primer seleccionado que empezó a concentrar un mes antes del debut.
Arabia Saudita muestra un camino de crecimiento en materia deportiva grande gracias a la influencia de Mohamed Bin Salman, el príncipe heredero. MBS, como se lo conoce, creó el Fondo Soberano de Inversión que por ejemplo compró el Newcastle y tiene el 75% del Al-Ahli, uno de los equipos de la Liga Profesional creada en 1976. También es conocida la acusación que pesa sobre él por la muerte del periodista Jamal Khashoggi, que fue asesinado en el consulado saudí en Estambul. En los últimos años ha invertido en la Fórmula 1 con la compra de parte del equipo Aston Martin y el sponsoreo de la petrolera Aramco al torneo, la creación del torneo de golf LIV que ya se fusionó con la PGA, pero es con el fútbol donde cimentan sus intenciones de dominación. Uno de sus proyectos es la financiación de la Superliga africana, un torneo de clubes donde canjearán dinero por apoyo político.
La liga saudí es profesional, los clubes son sociedades propiedad de distintos empresarios, todos cercanos a la monarquía, y desde este año han empezado a comprar estrellas, que no necesariamente estaban buscando una jubilación de privilegio. El primer golpe fue en enero cuando Cristiano Ronaldo firmó por dos años con el Al-Nassr, donde es compañero de Gonzalo Martinez y estuvo Agustín Rossi. Pero fue este mercado de pases de mitad de año donde se produjo un aluvión de llegadas.
Al Ittihad, vigente campeón, fichó a los franceses Karim Benzema y N´Golo Kante, que con solo 32 años, dejó Chelsea por los petrodólares árabes. Al-Ahli contrató al arquero senegalés Edouard Mendy y al argelino Ryad Mahrez, 31 y 32 años respectivamente. Al Hilal es el equipo más exitoso de la historia con 18 títulos locales y cuatro Champions League asiáticas y firmó con Jorge Jesús en lugar de Ramón Diaz, sacó al serbio Sergej Milinkovic-Savic de Lazio, al portugués Ruben Neves y al senegalés Kalidou Koulibaly de la Premier League. Es más, el ex defensor de Chelsea fue claro: “No lo voy a negar, me voy por dinero. Podré ayudar a toda mi familia a vivir bien, desde mis padres hasta mis primos”. El equipo de Cristiano cerró al croata Marcelo Brozovic, figura del Inter de Milán.
La respuesta de la MLS a este vendaval fue Messi a Inter Miami y con él muchos de sus amigos. Sergio Busquets y Jordi Alba ya fueron confirmados, mientras la prensa habla de las chances que lleguen Andrés Iniesta y hasta Luis Suarez. El equipo de David Beckham podría ser el Barcelona Senior, pero también están comprando juveniles en Sudamérica para que corran como Facundo Farías, la joya de Colón de Santa Fé. La presencia del rosarino le permite poner en vidriera mundial a una liga que crece en volumen, pero todavía no en exposición. Tiene un manejo centralizado a través de Don Garber, su Comisionado General desde 1999. La MLS maneja el contrato con Adidas, que viste a todas las franquicias, y también el acuerdo televisivo con Apple TV que desde este año transmite los partidos. Jorge Más, uno de los socios de Beckham, confirmó que parte del acuerdo con Messi incluye un porcentaje de las ventas de camisetas y los abonos televisivos. Además se especula con un paquete accionario del equipo cuando se retire.
Sacando las cinco grandes ligas europeas, estos dos polos comienzan a pelear por ser una opción atractiva por el dinero que manejan. Estados Unidos ya tuvo su desfile de estrellas en retirada con Kaká, Frank Lampard, David Villa, el propio Beckham o Zlatan Ibrahimovic, pero ahora apuntan a consolidarla como una opción viable antes del Mundial. Los saudíes quieren su Copa del Mundo y hasta coquetearon con buscar la de 2030, pero anunciaron que se bajaban por considerar que la sede España-Portugal es muy fuerte. Hay quienes también ven la deserción como una muestra de apoyo a los europeos que quieren sumar a Marruecos para robustecer sus chances. Hoy solo tienen como rivales a Argentina-Chile-Paraguay-Uruguay. Arabia será el gran candidato para 2034, pero la deserción para el Mundial del centenario debe haber sido un alivio para Messi porque es embajador turístico del país asiático que podía rivalizar con la opción sudamericana. Los árabes ganaron músculo político este año cuando Yasser al-Misehal, presidente de la federación, fue elegido para el Consejo de la FIFA, el órgano de gobierno del fútbol mundial.
Durante casi veinte años el fútbol masculino vivió de la antinomia Messi-Cristiano, que dominaron el siglo XXI, sobre todo en los años que rivalizaron en España. Ahora esa rivalidad tiene carácter hasta geopolítico por su presencia en Estados Unidos y Arabia Saudita que quieren ser los nuevos dueños de la número cinco. Tiene tiempo y dinero, que no es poco.
