Christine Dawood, madre y esposa de dos tripulantes del submarino Titán de OceanGate que terminó implosionando, habló sobre la tragedia que sacudió a su familia y dio detalles estremecedores. Reveló que en principio iba a viajar ella, pero que finalmente terminó yendo su hijo en su lugar.
Shahzada y Suleman Dawood confiaron en el Titán y se sumergieron en las aguas del océano Atlántico en busca de una experiencia que pocas personas podían presenciar: ver los restos del crucero de lujo Titanic, hundido tras chocar contra un iceberg en 1912. Sin embargo, su aventura terminó en tragedia, ya que el submarino que los transportaba a ellos y a otros pasajeros implosionó, acabando con la vida de todos sus tripulantes.
Christine, madre y esposa de ambos, contó a la cadena BBC que en principio, el plan era que viajaran ella y Shahzada, pero que terminaron viajando padre e hijo. Todo comenzó antes de la pandemia, cuando la pareja reservó el viaje para vivir la experiencia juntos, sin embargo, el viaje se canceló debido al confinamiento. Cuando volvieron a comprar el paquete, esta vez su hijo quiso sumarse.
Durante el día del padre, la familia abordó el barco de apoyo del submarino. Fueron todos: Christine, Shahzada, Suleman y Alina, otra hija de ambos, de 17 años. Cuando el Titán perdió contacto con tierra, las dos mujeres continuaban a bordo del barco. "No entendía en ese momento qué significaba eso (que hayan perdido comunicación con el sumergible), ahí empezó todo", dijo.
"Todos pensamos que iba a volver a la superficie. Teníamos mucha esperanza", contó la viuda a la BBC. "Había muchas cosas que los tripulantes del submarino podían hacer para salir a la superficie. Estábamos constantemente mirando el agua", agregó. Y en cuanto al momento en el que se dieron cuenta de que no iban a volver, dijo: "Creo que empezamos a perder las esperanzas cuando pasaron las primeras 96 horas. Ahí dije que me estaba preparando para lo peor", agregó.
Además, contó que tanto ella como su hija dudan de si algún día podrán darle un cierre a esta tragedia. “Los extraño. Realmente, realmente los extraño”, cerró entre lágrimas.