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Cultura & Espectáculos

Mirada sensible, "Sara Facio: Haber estado ahí", un documental de Cinthia Rajschmir

"Lo pescaste o se fue, ya no está, no existe más", dice Sara Facio en las primeras imágenes del documental de Cinthia Rajschmir, sobre el instante que buscó capturar toda la vida con la cámara, una Leica en 35 mm sin luces artificiales ni flash, para capturar la complejidad completa de lo retratado.

El documental, co-guionado entre Rajschmir y Marcela Marcolini es un recorrido biográfico sobre la fotógrafa y gestora cultural más grande de Argentina, Sara Facio. Se estrenó este año en la edición 24° del BAFICI; se proyectó en la última edición del Festival La mujer y el Cine (del que Sara es co-fundadora, junto a otro grupo inmenso de artistas feministas) y su próxima presentación se realiza este domingo en el Festival de Cine Latinoamericano de La Plata.

Sara Facio desencadenada

Si el cine documental busca condensar los distintos momentos de la historia, la forma de capturar la vida y obra de Sara Facio de Cinthia Rajschmir es a través de la memoria viva de Sara, que, dueña de su relato, lo abarca todo.  ¿Por dónde pasa la memoria?, por los recuerdos, por el archivo y por el cuerpo. Si la memoria necesita un cuerpo, la memoria corporal de Sara está presente y contando sus propias ideas y procedimientos; la intimidad de los recuerdos, en primera persona, estructura el ritmo del documental de Rajschmir.

El cine documental tiene esa búsqueda maravillosa, el poder buscar el quién soy, el quién soy es lo propio del ser humano. Eso es lo que yo trato de ver. Si yo admiro a sara se va a notar que la admiro

Cinthia Rajschmir

Primera irreverencia: el gesto de haber sido mujer, haberse comprado una cámara, haberse subido a repetición al Fiat 600 que logró comprar con su sueldo haciendo fotos en casamientos y bautismos, junto a Alicia D'Amico, su compañera y socia en la fotografía, para recorrer las calles de Buenos Aires, de madrugada, sacando fotos, en los 60s. Este instante, que nos llega a través de la imaginación, condensa su vida. Al contar cada momento de autonomía sin engrandecerlo ni minimizarlo, naturalizándolo, Sara proporciona la llave que nos deja abrir su obra hasta el día de hoy, cuando en el documental de Cinthia, cuenta, despojada, que claro que tenía miedo, pero que las cosas con miedo se hacían igual.

Sara Facio en su estudio fotográfico en La Azotea. Cortesía de Télam

Segunda irreverencia: el ademán la de la mujer artista, que observa su trayectoria y no flaquea en exponer los originales de Neruda escribiendo en su casa de Isla Negra, los miles de negativos que acumula en el taller fotográfico de la editorial que fundó junto a Alicia, La Azotea, donde conserva su propio archivo. Cinthia muestra todas las instancias de trabajo que llevaron al producto: vemos los negativos para trazar el proceso artesanal de la fotografía, pero también, para conocer a Sara a través de sus decisiones artísticas.

Tercera irreverencia: el cuidado y la ternura en el documental de Cinthia Rajschmir.

Universo Sara Facio y María Elena Walsh

"30 años juntas. Sara es la presidenta de la fundación María Elena Walsh y defiende su memoria con amor y delicadeza. De esa manera, delicada, personal, única, lo quise transmitir", contó Cinthia en la conferencia "Imagen y palabra: La mirada de Sara Facio" que se llevó a cabo en la Universidad Diego Portales de Chile. Llegar a Sara como Sara se acerca a la memoria de María Elena. La apertura no impide la reserva y Sara, extrovertida, entabla con Cinthia una comunicación sensible, en la que las dos se acompañan en la recorrida de los espacios que marcaron la trayectoria de la fotógrafa. Un nuevo Fiat, en el que las dos salen a recorrer la ciudad, la editorial La Azotea, la casa de Neruda, que visita el equipo de producción. Un tipo de comunicación que está anclado en el poder del momento, en la presencia de ambas, y en el contacto.

Una comunicación sensual, emotiva, que las declaraciones de la fotógrafa, tajantes, parece suspender. Sara Facio resguarda su trabajo sin la pedantería masculinista de construir una Obra. La deja pasar a Cinthia y a la cámara y está dispuesta a mostrarle al mundo lo que hizo y lo que resguardó: desde la firma de Perón en una hoja vieja que le pertenecía al padre, hasta la foto que le sacó a Silvina Ocampo con la cara tapada porque no quería ser retratada (se convirtió en una de las más famosas de Ocampo).

El documental es una construcción, tiene que ver con el punto de vista, con el director, la directora, los actores respecto de un acontecimiento. Es un recorte. Eso lo dejo claro en mis documentales, porque aparezco. Es mi mirada, es mi punto de vista, es la hipótesis que se va construyendo

Cinthia Rajschmir, texto extraído de la conferencia "Imagen y palabra: La mirada de Sara Facio" en la Universidad Diego Portales, 2022

Quizás el epítome de esta comunicación sensible es la escena en la que, mientras miran fotos de María Elena, lloran las dos. Sara canta una de las canciones de su compañera para recordarla. Elegir ese recurso, la emotividad de la música, condensa todo lo que de otra forma no se puede decir. Cinthia monta esa escena en el documental, aunque tenga que exponerse a que la veamos llorar, para resguardar la transmisión de la emotividad y la grandeza del vínculo amoroso entre las dos artistas. Con sutileza y respeto, sin buscar resolver el enigma. No es plano y contra-plano porque las dos aparecen en el encuadre, es que nunca están solas, nunca están depositadas, enmarcadas y fijas. Cuando Cinthia aparece en las escenas, como espectadoras y espectadores, aparecemos con ella.

Cinthia Rajschmir y Sara Facio consultando negativos en su estudio en La Azotea. Cortesía de Télam

Su cámara era testimonio de sí misma. Ella necesitaba decir de una manera muy particular, con mucho grano, ni flashes ni luces artificiales para poder captar esos momentos

Cinthia Rajschmir sobre Sara Facio

El dinamismo no lo dan la cantidad de itinerarios que visitan para reconstruir los espacios que marcaron la carrera de la fotógrafa sino la frescura de la admiración sincera que Cinthia siente por Sara, que está en el documental, en ese acercamiento que no la traiciona y no busca una primicia. También está en la decisión de hacernos formar parte del descubrimiento.

La intimidad dentro de los universos femeninos, vista desde afuera, con los ojos del sistema, es negativa, por lo feminizada: aburrida, insignificante, antipolítica. Cinthia, sobre su trabajo como documentalista, sostiene, "cómo logro una intimidad. Si una busca quién soy en el documental, en el hacer, en la creación, se conecta con el quién soy de quien generosamente abre su vida y su persona a poder construir juntas una historia que nunca es la realidad".

Desde la quietud de su estudio fotográfico, Sara Facio nos cuenta que salió a documentar la Masacre de Ezeiza junto a Alicia y se quedó sacando fotos desde el piso, cuando no quedó más remedio que hacer cuerpo a tierra para esquivar las balas. Con planos medios, que capturan el detalle de su gestualidad y el movimiento lento pero preciso de sus manos, conocemos la presencia de Sara, que llena todos los espacios del encuadre. "Una mirada de género al detalle, a lo cotidiano, a la infancia" es la mirada de Cinthia a la hora de enfrentarse a filmar.

Sara decide hasta dónde va a decir lo que dirá. Estuvo en los hitos más importantes de la historia del peronismo, estuvo en el momento justo para conseguir los retratos más famosos, Cortázar, Borges, Alejandra Pizarnik, fundó una editorial para poder editar libros de fotografía más livianos porque estaba cansada de los libros de fotografía para hombres, estuvo al lado de María Elena, compartiendo la vida, está ahí, delante de la cámara de Cinthia, con la disposición de una vida impulsada por la certeza de que, con miedo, se hace igual. 

El documental se proyecta en el Festival de Cine Latinoamericano de La Plata el domingo 25/06/2023 en el Teatro UNLP, Calle 10, N° 1076, entre 54 y 55. 19:00, entrada libre y gratuita. Hay que estar una hora antes, las entradas se reparten por orden de llegada.