El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habló por primera vez desde las elecciones del pasado domingo, en las que salió electo su contrincante, Lula da Silva. Dos días más tarde, el dirigente de derecha no reconoció la derrota, y se negó a responder las preguntas de los periodistas que se encontraban en la conferencia de prensa.
En un breve discurso, de alrededor de un minuto de duración, el presidente brasilero le agradeció a sus "millones de votantes", y afirmó que las "movilizaciones populares" que sucedieron a las elecciones son fruto de "la indignación y el sentimiento de injusticia de como se dio el proceso electoral" por parte de sus simpatizantes.
Bolsonaro afirmó: "Las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas, pero nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda, la invasión de la propiedad privada y el impedimento al derecho de circular". Además, destacó que la "robusta representación en el Congreso" de su partido muestra "la fuerza" de sus valores. "Nuestros sueños siguen vivos, por el orden y el progreso", subrayó.
"Siempre fui rotulado como antidemocrático, pero siempre jugué dentro de las cuatro líneas de la constitución, nunca hablé contra ella", continuó el presidente. Expresó: "Como presidente y ciudadano, continuaré cumpliendo todos sus mandamientos". Luego, afirmó que seguirá siendo el líder de "millones de brasileros que defienden la libertad, la honestidad y los colores de nuestra bandera". Cuando terminó su discurso, se retiró rápidamente de la conferencia de prensa, entre gritos y aplausos, sin responder preguntas.
Grupos de manifestantes bolsonaristas protagonizan desde entonces una ola de bloqueo de rutas en más de 23 estados brasileños y el Distrito Federal para pedir la impugnación de los resultados de las elecciones del domingo.
Las fuerzas de seguridad comenzaron hoy a desbloquear las rutas, en algunos casos con balas de goma y gases lacrimógenos, después de que la Justicia avalara dichos procedimientos y los gobernadores de muchos de los estados afectados dieran la orden de enviar a la policía a liberar los caminos.
