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Columnistas

Los mundiales de Maradona

En 20 de noviembre comienza el Mundial de Qatar y la única certeza que hay es que será el primero desde la muerte de Diego Maradona.

El martes se conmemoraron 25 años de su último partido como profesional y mañana cumpliría 62. Desde 1978 su presencia fue permanente con debuts como jugador y entrenador, goles, una expulsión, un doping positivo, el rumor sobre su muerte y la cima con el título del 1986.

Su primera aparición en los medios fue el 28 de septiembre de 1971 en un recuadro del diario Clarin. Bajo el título “Con Porte y Clase de Crack”, el artículo hablaba de Diego Caradona (sic) “diez años, se ganó aplausos en el entretiempo de Argentinos Juniors vs. Independiente, haciendo gala de una rara habilidad para el "jueguito" con el empeine, y hasta con chanfle… No parece un pibe de hoy, pero lo es, y con este amor tan argentino por la pelota, nuestro fútbol nunca dejará de nutrirse de grandes jugadores”.

A los pocos días vino la nota en “Sábados Circulares”, el programa de Pipo Mancera que duró doce años y pasó por tres canales de aire hasta un breve relanzamiento en Crónica Tv en 2008. Él iba a hacer una entrada breve, pero como Los Cinco Latinos se retrasaron, lo tuvieron 45 minutos al aire. El momento mitológico previo a la explosión fue cuando dijo que quería jugar un Mundial y salir campeón… con la octava de Argentinos Juniors, como se supo años después de alimentar una leyenda que estaba editada, gracias a la aparición del clip entero.

Maradona debutó en Primera División con quince años en un Argentinos Juniors-Talleres el 20 de octubre de 1976. Como el recital de Mano Negra de 1992 en Obras, cada día que pasa más personas estuvieron en ese partido. Cuatro meses después, en febrero de 1977, le tocó el estreno con el seleccionado en un 5-1 vs Hungría. Hasta el 19 de mayo de 1978 jugó un total de cuatro partidos con Argentina, así que no sorprendió que haya quedado afuera de la lista que dio Cesar Menotti. Junto a él fueron desafectados Humberto Bravo y Victor Bottaniz.

De una primera preselección de 40 ya había caído Ricardo Bochini. “Lo de hoy no es una revancha para mí. De ninguna manera. El señor Menotti creyó que yo era el cuarto 10 y me tuve que ir. Yo respeto su posición porque él es el técnico, pero eso no quiere decir que la comparta”, declaró dos días después luego de un 5 a 0 de Argentinos sobre Chacarita, donde hizo dos goles. El periodista Carlos Ares contó en el libro “Vivir en los medios” que la noche del corte lo encontró llorando en la quinta de José C. Paz donde concentraban y que le dijo llorando: “¿Y ahora cómo se lo digo a mi papá?”.

En los dos torneos siguientes vivió sensaciones diametralmente opuestas. Con la Guerra de Malvinas de fondo, Argentina llegaba al Mundial de España con la vieja guardia de 1978 más cuatro campeones Sub 20 en Japón. Tal era lo que representaba Diego que Mario Kempes le cedió la camiseta 10.

Luego del torneo se incorporaba a Barcelona que pagó más de U$S 8 millones por su pase y era señalado como una de las figuras a seguir. En el Camp Nou fue el debut con derrota contra Bélgica y en esa ciudad, en el estadio Sarriá, fue la despedida con un 1-3 contra Brasil donde vio la roja por un patadón a Batista. También hizo sus dos primeros goles contra Hungría.

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Hasta 1985 estuvo sin jugar en el seleccionado a modo de resguardo mientras se desataban las luchas internas con el Barcelona y su escape a Italia. “En la valija pongan un traje y una sábana. El traje lo vamos a usar cuando bajemos del avión con la Copa y la sábana por si perdemos y tenemos que irnos a vivir a Arabia”, dijo Bilardo antes de viajar a México. No hubo necesidad de ninguno y Diego terminó con la copa en la mano en el balcón de la Casa Rosada con una camisa caqui. De los catorce goles y nueve asistencias que tuvo Argentina, Diego anotó cinco tantos y dio otros cinco pases gol. Encima, en materia de faltas, recibió 53, la cifra más alta en la historia de los mundiales. El podio lo completa él mismo con 50 en Italia 1990 y otras 36 en el de España 1982. Llegó en una disputa abierta con Michel Platini, Zico y Karl-Heinz Rummenigge por quien sería el mejor y se fue como el rey.

Los mundiales de Italia y Estados Unidos ya lo encontraron con una merma física grande y los escándalos por las drogas. En 1989 la prensa italiana filtró las fotos con la familia Giuliano, los popes de la mafia napolitana y su adicción a la cocaína era un secreto a voces. Tras eliminar a los italianos y jugar un torneo entero con su tobillo maltrecho en marzo de 1991 dio positivo en un control antidoping. Un mes después la policía federal lo detuvo en un departamento de Caballito por tenencia de drogas.

Diego estuvo en el Monumental y el público coreó su nombre cuando la goleada de Colombia engrosaba hasta terminar en 5-0. “Llamen a Diego. No me importa si el Coco todavía no lo convocó. Llámenlo y tanteen cómo está para volver”, bramó Julio Grondona en las entrañas de la cancha de River mientras Maradona días después firmaba con Newells. Estuvo en el reprechaje con Australia y en Estados Unidos 1994 jugó sus últimos dos partidos con el seleccionado. En el debut con Grecia anotó su octavo y último gol para empatar a Guillermo Stabile como máximo goleador argentino en mundiales. En ese juego Gabriel Batistuta hizo los tres primeros de los diez con los que pasó a ambos. La imagen final, una enfermera, Sue Ellen Carpenter, lo llevó al control donde dio positivo y nos legó el “me cortaron las piernas”.

Entre 1998 y 2018 estuvo en distintos roles: hincha, periodista y entrenador. En Marsella, tras el cabezazo de Ariel Ortega a Edwin Van der Sar, le dijo a El Gráfico: "Lo que más bronca me dio es que no se jugó a la argentina. Nos disfrazamos de Alemania y quedamos afuera del Mundial". Además le reclamó a Daniel Passarella que no hubiera puesto a Marcelo Gallardo. Cuatro años después Japón se negaba a entregarle la visa por sus problemas con las drogas, pero a pedido del gobierno argentino, la embajada japonesa en La Habana lo habilitó y vio en Yokohama el triunfo de Brasil sobre Alemania en la final.

Un Diego ya recuperado fue el hincha oficial del equipo de José Pekerman. El año anterior había evidenciado una enorme mejora física que se vio a pleno durante “La Noche del Diez”, el programa que hizo en Canal 13. El 16 de junio de 2006 fue uno de los testigos directos del debut de Lionel Messi en mundiales en el 6-0 contra Serbia y Montenegro donde Leo cerró la goleada. Cuando reemplazó a Maxi Rodriguez, Maradona explotó y sonrió como un nene en Gelsenkirchen.

En Sudáfrica llegó como entrenador, mientras que el rosarino debutó con la 10 y la capitanía. La cinta era propiedad de Javier Mascherano, pero como ya estaban clasificados a octavos, decidió hacer mix entre titulares y suplentes. Messi no quería salir, una marca de toda su carrera. "No Diego, no, yo estoy bien, yo quiero jugar, dejame en el equipo", reza la leyenda a lo que Diego retrucó: "Bueno, ok… ¡Ahora vas a ser el capitán!". En la arenga se puso nervioso y se trabó, pero en la cancha hizo lo imposible para anotar un gol. Un zurdazo suyo, que el arquero griego despejó, le cayó a Martin Palermo que lo canjeó por gol. Antes de los cuartos de final Diego tuvo un rapto maradoniano, habló de no comerse “el chamuyo de Alemania” que había derrotado 4-1 a Inglaterra y su equipo fue eliminado con un 4-0 lapidario.

En los mundiales de Brasil y Rusia el ex capitán trabajó en dos programas junto a Victor Hugo Morales. En 2014 tenía un enfrentamiento con Grondona y hasta se peleó públicamente con Humberto, el hijo de Don Julio. El día del partido con Irán, se fue antes del gol de Messi y Humbertito había sugerido en Twitter, sin nombrarlo, que Argentina ganó cuando “se fue el mufa”. "Alguien dijo que vino el gol porque me fui yo. Pobre estúpido. Esto fue mérito de Lio Messi, no porque me fui yo. Quiero decirle a Grondona que lo que tengo puesto, me lo gané trabajando. Él se lo compró con la FIFA", respondió Diego con su dedo mayor en alto desde la televisión. Ya en Rusia se advertía un Diego desmejorado, que luego iría a dirigir a México. Gritó eufórico y a insulto pelado el gol de Marcos Rojo contra Nigeria y hasta circuló un audio viral que anunciaba su muerte. Una más.

El 22 de noviembre el equipo de Lionel Scaloni debuta contra Arabia Saudita con la expectativa de llegar a la final y poner fin a 36 años sin títulos mundiales,. Messi buscará la revancha de 2014 y ser el tercer capitán argentino en levantar la Copa del Mundo. El último fue Diego Maradona.

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