El viernes a la madrugada una joven maestra jardinera salió a correr y durante su recorrido la forzaron a subir a una camioneta deportiva. Todo quedó grabado por cámaras de seguridad y dos días después la policía halló su cuerpo. Eliza Fletcher, además de maestra, era la heredera de una de las empresas más grandes de Estados Unidos.
Antes del hallazgo del domingo, habían encontrado la camioneta y el celular de la mujer y detenido como principal sospechoso a Cleotha Abston, un hombre de 38 años. El vehículo usado para el secuestro estaba en un estacionamiento cerca de su casa e identificaron su ADN en unas sandalias cerca del lugar de los hechos.
El detenido está acusado de secuestro, robo, manipulación de pruebas, uso fraudulento de una tarjeta de crédito y usurpación de identidad.
Además, otras pruebas lo situaban en la zona el día del secuestro: el testimonio de personas que se cruzaron en ese momento con él y el registro de su teléfono en el lugar. Enfrenta acusaciones por secuestro, robo, manipulación de pruebas, uso fraudulento de una tarjeta de crédito y usurpación de identidad.
El juez dictaminó una fianza de 510.000 dólares, pero Abston no cuenta con ese dinero. Tampoco pudo pagar un abogado, así que le asignaron un defensor público.
Eliza Fletcher trabajaba como maestra jardinera, pero provenía de la familia que fundó una empresa de ferretería valorada en 3200 millones de dólares. El negocio lo inició su abuelo Joseph Orgill III y en la actualidad emplea a más 5000 personas.
Según la revista Forbes, Orgill Inc. está en el sitio 143 entre las empresas privadas más grandes de Estados Unidos en 2021. Sus ventas anuales ascienden a 3000 millones de dólares y es por eso que los medios locales han señalado a la mujer de 34 años como una heredera multimillonaria.
