El cohete chino Long March 5B que tiene como destino la estación espacial de ese país asiático Tiangong va a impactar por tercera vez en la Tierra este sábado y existe la posibilidad de que caiga en algún sitio de Argentina como Santa Fe. Aunque las probabilidades son muy bajas ni dejan de ser reales.

El informe que anticipa dónde va a aterrizar la nave detallado por el Comando Espacial de Estados Unidos los desechos van a caer la próxima semana, específicamente el 1° de agosto entre las latitudes 41° Norte y 41° Sur habilitando la posibilidad de que caigan en Argentina.

El pasado 24 de julio el cohete cumplió exitosamente la misión de acoplar un modulo a la estación espacial china Tiangong. Ahora, la etapa central del cohete de 21 toneladas métricas orbita la Tierra y desciende en busca de su reingreso a la Tierra.

El objeto va a desintegrarse al tocar la atmósfera terrestre y los fragmentos se dispersarán en un área no determinada, y en cuyas opciones se encuentra la provincia Santa Fe de Argentina y Irak. Según han confirmado los especialistas, se podrá saber con exactitud el lugar del impacto una hora después que suceda el reingreso del cohete que viaja sin control.

Si el cohete cae a las 21.24 horas, como está previsto, caerá sobre Irak.

"Si el cohete cae a las 21.24 horas, como está previsto, caerá sobre Irak, en el norte de la península arábica. Pero como el margen de error es de 16 horas antes o después, puede caer entre el sábado 30 a las 5.20 de la mañana, o el domingo 31 a las 13.24 horas", dijo el experto argentino en vuelos espaciales Diego Córdova,.

Si el aterrizaje ocurre un poco antes del horario previsto existe la posibilidad de que el aterrizaje sea en Santa Fe. Las chances no son altas teniendo en cuenta que la Tierra tiene grandes porciones de agua y lugares desérticos por lo que según explicó Cordova: "La posibilidad de que caiga en la cabeza de alguien es mínima".

Desde China rechazan las acusaciones que se les realizan desde Occidente, al señalar que "exageran los temores" y acusan a los científicos de la NASA de actuar "en contra de su conciencia", a causa de presiones políticas.