Hoy se conmemora el 109° aniversario del genocidio armenio planificado y perpetrado por el Estado turco con la complicidad de las potencias occidentales (Alemania, Inglaterra y Francia) entre 1915 y 1923. Este plan sistemático de exterminio concretó su objetivo de consolidar la Turquía moderna bajo una única identidad homogénea y, para eso, debió borrar todo registro de armenios -y también de griegos pónticos y asirios- que vivían en el viejo Imperio Otomano que atravesaba una crisis de descomposición.
Así, el Estado turco masacró a más de 1.500.000 de armenios que habitaban estas tierras ancestrales, apropió a decenas de miles de niños y mujeres que fueron islamizados forzosamente, y que aún hoy ocultan su verdadera identidad, saqueó los bienes materiales los cuales fueron fundamentales para la consolidación de la burguesía nacional turca y destruyó el patrimonio histórico y cultural armenio construido en esos territorios a lo largo de los siglos. Además, cientos de miles fueron desterrados, los cuales encontraron refugio en campamentos cercanos, en los países vecinos y también a lo largo y ancho del mundo.
Pero, ¿por qué es necesario recordar esta crimen de lesa humanidad que sucedió hace más de un siglo? Porque el negacionismo del Estado turco continúa vigente y porque el plan neootomano del presidente turco Recep Tayyip Erdogán y del mandatario azerbaiyano Ilham Aliyev tienen como objetivo unir a los Estados túrquicos -recuperando la idea de los "Jóvenes turcos" que hicieron el genocidio en 1915- y, para eso, deben borrar a Armenia del medio. Así, los armenios hoy, como otros pueblos de Medio Oriente, corren el peligro de exterminio.
El antecedente más reciente de la ejecución de este plan neootomano comenzó en 2020 cuando Turquía y Azerbaiyán, con el apoyo de Israel, lanzaron el ataque contra la (antigua) República de Artsaj, que estaba habitada en su mayoría por población armenia indígena. Estos ataques siguieron hasta septiembre del 2023, cuando los más 120.000 armenios de esta región fueron desterrados de sus tierras como en 1915.
Sin embargo, el objetivo de este plan no terminó en el desplazamiento forzoso de los habitantes originarios de Artsaj. "La Armenia actual es nuestra tierra", aseguró Aliyev en el discurso que dio el 24 de diciembre de 2022 ante la Comunidad de Azerbaiyán Occidental. Y la semana pasada, el líder azerí invadió el sur del país del Cáucaso Sur y realizó bombardeos a distintas regiones.
Por eso, hoy recordar el genocidio cometido hace más de 100 años por el Estado turco es denunciar el peligro de existencia que corren los pueblos de Armenia y los que habitan el Cáucaso y Medio Oriente.
