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Mundo

El desaire de la familia real: el rey evitó recibir al príncipe Harry en su visita a Londres

Esta actitud del rey Carlos, en medio de las celebraciones de los Invictus Games, refleja el profundo distanciamiento entre padre e hijo y alimenta la especulación sobre el futuro de la monarquía.

La tensión en la familia real británica llegó a un nuevo punto crítico este miércoles en Londres, cuando el rey Carlos III se negó a encontrarse con su hijo menor, el príncipe Harry, quien viajó desde California. El rechazo del monarca se justificó diciendo que su agenda estaba "demasiado ocupada" y "con otras prioridades", a pesar de que estaban separados apenas por nueve kilómetros.

Harry llegó a la ciudad británica para participar en las celebraciones de los 10 años de los Invictus Games, la ONG que fundó para apoyar a los heridos y mutilados de guerra. Su intención principal era ver a su padre, quien se encuentra en tratamiento contra el cáncer, tras asistir a la ceremonia en la Catedral de St Paul. En redes sociales se viralizó el momento en el que Harry sube por las escalinatas y el público lo abuchea, hasta se escucha a una mujer gritarle: "¡Traidor!"

Sin embargo, los asesores reales evitaron hacer comentarios sobre el encuentro entre padre e hijo tomando la precaución de no desencadenar más conflictos públicos. En cambio, anunciaron un nuevo compromiso entre Carlos y su hijo mayor, William, como un gesto de unidad familiar.

El desaire de la familia real hacia Harry se evidenció aún más cuando ninguno de los miembros "trabajadores" de la realeza decidió asistir a la ceremonia de los Invictus Games. Esta actitud se enmarca en una estrategia para deslegitimar las acciones de Harry y vaciar de contenido a su ONG, convirtiéndolo en una figura menos relevante dentro de la familia real.

La presión ejercida por Camilla, la reina y los cortesanos, así como la influencia de William, fue determinante en la decisión del rey de negarse a ver a su hijo. Esta situación, a su vez, refleja el profundo distanciamiento entre los hermanos y la falta de reconciliación entre ellos.

A pesar de los esfuerzos de la familia real por minimizar la importancia de Harry, el príncipe continúa siendo apoyado por una parte de la opinión pública británica, que considera el gesto del palacio de Buckingham como un acto de crueldad hacia un hijo que desea ver a su padre enfermo.