Los chinchulines a la parrilla son una de las entradas más elegidas por los argentinos que disfrutan del buen comer en un asado. Pese a que hay decenas de formas de prepararlos, hay una única técnica definitiva para hacerlo correctamente.

Con textura crocante y sabor único, los chinchulines despiertan los sentidos. Pese a no parecer un plato demasiado complejo, tiene algunos secretos y, sobre todo, distintas formas de prepararse para que quede bien.

La elaboración de chinchulines es un tema de debate incluso entre los parrilleros más expertos. Las vertientes se debaten entre quienes los hierven antes de ponerlos en la parrilla, quienes los fríen para cocinarlos y quienes los lavan. Pero, ¿cuál es la técnica definitiva para hacerlos?

Así se preparan correctamente los chinchulines a la parrilla

Es fundamental elegir chinchulines de buena calidad y con un equilibrio justo entre tripa y grasa. Si bien se pueden desgrasar y lavar, para quienes no son adeptos a estas cualidades de esta achura, la mejor manera de prepararlos es así como están, es decir, con grasa y sin lavar.

Para hacerlo, es necesario seguir ciertos pasos al pie de la letra, ya que hacerlo dará como resultado un chinchulín sumamente sabroso, crocante y equilibrado. Tenés que:

1. Elegir chinchulines con una buena proporción de tripa y algo de grasa. Si es excesiva se puede cortar pero es recomendable que quede algo de grasa pegada para favorecer su sabor y crocancia.
2. Cortar los chinchulines en orejitas individuales para que queden más crocantes en la cocción.
3. Precalentar la parrilla con brasa y esperar entre 7 y 10 minutos hasta que se calienten los fierros de la misma.
4. Con la parrilla a fuego medio-fuerte, colocar los chinchulines y cocinar durante 20 a 25 minutos, hasta que se doren.
5. Dar vuelta la achura para que se cocine del otro lado y adquiera la crocancia que le falta. Bastará con 15 minutos para que se complete la cocción de ese lado.
6. Llevar a una tabla y condimentar con jugo de limón y sal.