Después de que de que el ministerio de Seguridad implementara un protocolo para detenidos de alto riesgo, el gobierno de Santa Fe publicó la foto de una requisa al estilo Bukele y los reclamos de los jefes narcos comenzaron a llover. Desde peluqueros, hasta denuncias por malos tratos, los delincuentes recibieron la negativa de la Justicia a sus pedidos especiales.

La decisión que Patricia Bullrich tomó a fines de enero generó la reacción de varios jefes narco que se encuentran detenidos. El Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo en el Servicio Penitenciario Federal implica que los presos estén alojados en unidades que no son las de las provincias donde sus organizaciones tienen influencia y que estén, dentro de los penales, “en sectores con estrictas medidas de seguridad física”. Las celdas son individuales y con una cantidad mínima y necesaria de elementos. Tampoco pueden tener contacto con otros presos de alto riesgo y solo pueden recibir visitas de personas allegadas a través de un blindex o en un locutorio, no con contacto directo.

Estas medidas comenzaron a ponerse en vigencia al tiempo que el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro publicó la foto de una requisa en uno de los penales de esa provincia. En la imagen se puede ver a los presos en fila india en el piso del penal, al estilo de las famosas cárceles de El salvador, donde el presidente Nayib Bukele adoptó medidas extremas para atacar el crimen organizado. Como era de prever, la respuesta de los delincuentes no tardó en llegar recrudeciendo la violencia en las calles rosarinas.

Pero eso no es todo, la Justicia de Morón rechazó varios pedidos especiales que comenzaron a llegarle provenientes de las cárceles donde se alojan este tipo de presos. Uno de los que sobresalió fue el del narco detenido en Marcos Paz, Matías Álvarez, que denunció que un agente penitenciario lo roció con gas pimienta luego que le cortaron la luz de su celda y pidió que se mejoren sus condiciones de detención. "Álvarez no se encuentra alojado en las mismas condiciones que el resto de la población carcelaria sino que se encuentra bajo un sistema de control establecido por las autoridades nacionales mucho más rígido", explicó el fiscal y agregó que "el trato que recibe por parte de los agentes penitenciarios, en principio obedece al Sistema en el cual se encuentra registrado, toda vez que fue categorizado como interno de alto riesgo”. 

Otro de los reclamos lo hizo el líder de la venta de drogas de villa Banana, en Rosario. Julio Andrés Rodríguez Granthon denunció que en su pabellón de la cárcel de Marcos Paz sus compañeros le dieron de comer una rata, por eso pidió que le hagan estudios médicos y que le provean microondas, heladera y cocina para garantizar su buena aliementación.

El jefe narco también pidió que lo dejen estar más tiempo en el patio porque otros presos le arrojan cosas y, por último, que el peluquero lo visite más seguido ya que no viene desde diciembre.