Después del protocolo antipiquetes, Patricia Bullrich presentó el nuevo protocolo para el aislamiento de presos de máxima seguridad. El nuevo "Protocolo de gestión para presos de alto riesgo" se aplicará desde este miércoles en el Servicio Penitenciario Federal.
"Habrá un verdadero aislamiento del delito dentro de las cárceles", expresó la ministra durante una conferencia de prensa en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. Según sus palabras, definió al protocolo como "un hito trascendental en nuestro compromiso con la seguridad".
La nueva ordenanza consistirá en una serie de normas de Seguridad para que quienes habiten las cárceles, para "generar una verdadera realidad de aislamiento del delito dentro de las cárceles y en relación a quienes operan afuera". Parte del protocolo es la prohibición del uso de celulares y un estricto sistema de control respecto de la comunicación con el exterior, "con estricta autorización previa".
"Hemos decidido llevar adelante este protocolo para que se desconecte la persona privada de su libertad por haber cometido sicariato, crímenes, venta de narcóticos, o todo junto, porque son organizaciones polirubro", expresó.
Algunas de las medidas que llevará adelante la ministra son: "reforzar" los controles electrónicos de los presos, las visitas, controlar más los elementos personales en las celdas, instalar escáners, cámaras de reconocimiento facial, sensores y un sistema de monitoreo, entre otras.
Como ministra de Milei, al protocolo antipiquetes, que autoriza a reprimir a personas que estén frenando la circulación del tránsito, le suma el "Protocolo para presos de alto riesgo" pero este tipo de políticas no es nuevo, después de ser ministra de Seguridad de Macri.
Bullrich, además, había llevado adelante la campaña presidencial con la promesa de construir más cárceles y aumentar al circulación y las potestades de las Fuerzas de Seguridad. Uno de sus proyectos era el de construir una prisión de alta seguridad que podría haber estado inspirada en una prisión estadounidense que tuvo que ser clausurada debido a su alto nivel de violencia contra los presos.