Marcelo Suárez Salvia será el próximo embajador argentino en China. Así lo designó Javier Milei y ya lo presentaron en la embajada china en nuestro país y desde la institución de Beijing ya dijeron que no va a haber problemas ni demoras burocráticas. Actualmente, el diplomático Suárez Salvia está trabajando en Trinidad y Tobago. La idea es que empiece a ejercer sus funciones cuanto antes.
Durante la campaña, Javier Milei dejó en claro que no negociarían con regímenes comunistas durante su mandato. Al contrario del gobierno anterior, que había establecido importantes acuerdos comerciales con el gobierno de Xi Jinping. Además, China fue un actor fundamental en la negociación entre Argentina y el FMI: sin el swap que depositaron en el Banco Central no se habría podido pagar el último vencimiento.
Ante la postura del nuevo gobierno, se encendieron las alarmas en China y Xi Jinping no piensa poner a disposición de la Argentina el swap de 5 mil millones de dólares hasta que Milei no aclare su posición ante el régimen chino, qué va a pasar con el Banco Central y si se va a continuar o no con las inversiones a la Nueva Ruta de la Seda.
Por su parte, el ministro de Economía Caputo le planteó al presidente que necesita de ese swap. Milei escuchó esta necesidad y le mandó una carta formal pidiéndole a Xi Jinping que va a querer renovarlo por 5 mil millones de dólares, administrados por el BCRA. Por su parte, el gobierno chino respondió que necesitaban contactarse entre ambos presidentes (ya sea de manera presencial o por vía telefónica) para charlar sobre el tema.
Al terminar su tarea, el anterior embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, volvió a Buenos Aires. Desde el país asiático interpretaron que al nuevo gobierno no le interesaba mantener las relaciones diplomáticas con ellos, porque no designaron a ningún reemplazante ni le habían pedido al anterior que se quedara un tiempo más hasta que se designara a uno nuevo.
Ahora, Milei deberá esperar la llamada del mandatario chino, quien le comunicó a su representante en Argentina su malestar por la tardanza del nuevo gobierno en comunicar cómo seguirían las negociaciones y la relación entre ambos países.
