Raúl Martins fue uno de los agentes de la SIDE que recibieron a Margarita Meira, fundadora de la Asociación Civil Madres Víctimas de Trata, cuando visitó toda dependencia del Estado posible en busca de su hija desaparecida, Graciela Susana Betker. Lo que Meira no sabía en ese entonces era que, además de espía, Martins era el dueño de una poderosa red de prostíbulos que se extendía hasta México, siendo uno de ellos el lugar donde explotaron sexualmente a “Susi” antes de asesinarla.
Pero no fue a raíz de las denuncias de Margarita Meira que la Justicia procesó a Raúl Martins, sino a partir de la demanda de su propia hija, Lorena Martins, quien señaló la red de complicidades que sostenía el lucrativo negocio de su padre: policías, jueces y otros funcionarios de la Ciudad que, según aseguró la mujer, recibieron desde coimas hasta generosos aportes de campaña. Ahora, el líder de Cocodrilo y varios otros prostíbulos está a la espera de su extradición desde México y será juzgado por la Justicia Federal.
“La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó que será la Justicia Federal la encargada de juzgar al exagente de inteligencia Raúl Martins, su esposa y otros tres acusados por explotación sexual de mujeres”, comunicó a principios de este mes la ONG La Alameda, la cual colaboró con Lorena Martins en la presentación de la denuncia.
En la resolución del 2019 que decretó su procesamiento, la jueza María Servini le atribuyó al exespía el hecho de “haber formado parte de una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres, mediante la implementación de locales comerciales catalogados como bar/café/whiskería desde el día 10 de noviembre de 2010 hasta el día de la fecha en los locales de la Avda. Juan B. Justo Nro. 5302, Vicente López Nro. 2257 y Anchorena Nro. 1119/21/23”.
Pero, además, Servini concluyó en la mencionada resolución que el conjunto de hechos investigados “solo podría llevarse a cabo a través de la impunidad que a Raúl Martins y los restantes miembros de la organización les garantizaba la protección de funcionarios estatales, situación palmaria por las relaciones que se probaron a lo largo del dictamen con miembros del Poder Judicial, de las fuerzas de seguridad federales y provinciales y de la ex municipalidad de Buenos Aires -hoy Gobierno de la Ciudad”.
Aunque la magistrada no dio nombres, Lorena Martins sí. En una entrevista concedida a Radio 10 en el 2019, durante la cual relató que tuvo que dejar el país porque no paraba de recibir amenazas, dio detalles sobre los hilos que conectan a su padre con el fundador del PRO, quien hace poco reflotó a la superficie de la escena política con el triunfo de Javier Milei.
En ese entonces, la mujer precisó que Raúl Martins y Mauricio Macri “se conocen por Gabriel Conde”, quien es hijo de Luis Conde, el primer dueño del prostíbulo Shampoo y vicepresidente de Boca en el momento en que Macri ganó la presidencia del club en 1995.
“En concreto, lo que yo denuncio no es una relación (entre Martins y Macri), porque relación puede tener cualquiera con cualquiera, pero sí el financiamiento: hay unos emails que están en la Justicia que me llegan a mí de la organización de mi papá, incluso mails que mi papá le envía a un empleado y a mí me pone en copia, y al empleado le dice ‘llevá la plata que hay que aportar para Mauricio, porque los locales están en capital’. Son los locales de prostitución”, explicaba Lorena.
La activista añadió que ese correo “no era el primero” sobre el tema y que en el mensaje se leía algo así como “recordá que también aportamos para campañas anteriores”. Según puntualizó Página 12 al hacerse eco de la denuncia original, la hija del proxeneta calculó que, por mes, el negocio de su padre pagaba 10 mil dólares en coimas a 11 dependencias diferentes de la Policía Federal para evitar las inspecciones.
Además, Lorena pudo precisar que quien debía llevar el sobre con dinero para financiar la campaña macrista era un hombre llamado Pablo Paternostro, mientras que quien lo recibiría de parte de Macri era Oscar Ríos, un hombre cercano al expresidente que en su momento integró la dirección de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) porteña y estuvo también en Boca, como vocal titular del club. Estos aportes también habrían rondado los 10 mil dólares.
En su libro Margarita y la Anaconda, la presidenta de Madres Víctimas de Trata también hizo alusión a los vínculos entre Raúl Martins y la política porteña que permitían el sostenimiento de su red de trata, y recordó su primer encuentro con la hija del proxeneta. “Vengo a contarte quién es el dueño del prostíbulo donde estuvo tu hija” le dijo Lorena unos años después de su visita a los agentes de la SIDE que le prometieron ayudarla en su búsqueda.
“Relató que un día se apoyó sobre el fondo de un placard y lo sintió hueco. Se trataba de una especie de caja fuerte secreta, donde su padre guardaba evidencia de su participación en el negocio de los prostíbulos. Me invitó a su mansión y me permitió revisar ese material. Había direcciones, teléfonos y documentos de chicas, junto a fotos aberrantes que las mostraban como mercancía”, reconstruyó.
En el mismo libro, Meira detalla que Mauricio Macri fue acusado “por recibir aportes financieros para la campaña electoral del año 2011, cuando se presentó para renovar su cargo de Jefe de Gobierno, por parte de la red de trata que conducía Martins”, y da más nombres, también vinculados con Cambiemos. Luego de Martins, el siguiente y actual dueño de Cocodrilo fue Omar Suárez, “quien reconoció públicamente haber aportado para la misma campaña de Macri”.
Otro nombre es el de Ismael “Peque” García, conocido públicamente como “empresario de la noche platense” y miembro de Cambiemos, quien se desempeñó como asesor de campaña de María Eugenia Vidal. El 13 de enero de 2019, García fue detenido luego de pasar varios años prófugo tras una denuncia por explotación sexual, realizada a través de un llamado a la línea 145 hecho por las propias víctimas. En septiembre de este año recibió condena, pero por otro caso: la muerte de Emilia Uscamayta Curi, una joven que se ahogó en una pileta durante una fiesta clandestina organizada por García y otros tres empresarios.
Las pruebas en manos de la Justicia son varias, aunque quizás la más accesible y sencilla postal de la complicidad sea la foto en la que Macri posa con Gabriel Conde en uno de los prostíbulos de Raúl Martins. Acompañado también de Juliana Awada y otra mujer, el expresidente sonríe (o lo intenta) sobre un sillón frente a una mesa con bebidas.
“Está con Gabriel Conde. Mi papá tiene varios lugares en México, tipo bar, tipo prostíbulo, algunos son más evidentes y otros más camuflados. Conde es el encargado de ese lugar en concreto, mi papá es el jefe. La sacaron en un local de mi papá donde arriba hay tres habitaciones donde se ejerce la prostitución”, detalló Lorena.
Cómo opera la red de Raúl Martins
“Hay videos que yo entregué a la Justicia donde se sorteaban chicas, o el caso de una chica que se tiró de un vehículo en México para escaparse. Hay otra chica que aparece en sus videos y después apareció muerta, la fiscalía cree que la mató la red de mi papá”, enumeró Lorena en la entrevista radial mencionada cuando le pidieron que detallara en qué consistían, en concreto, los delitos que cometía (y sigue cometiendo) la red de su padre.
“Hay otro video donde mi papá mismo cuenta que tenía prostíbulos, está tan claro que ellos son una red organizada… Hablan con los matones de cómo cagaban a palos a gente, es una organización delictiva. Hacían aprietes, extorsionaban gente, aparecieron videos de jueces que están trabajando y estaban dentro de los prostíbulos, estaban manteniendo relaciones con extranjeras”, continuó la hija de Martins y precisó que varios de esos videos “se utilizaban para extorsionar gente importante, tanto de la Justicia como de la política y de otros sectores de presión”.
Aunque se renueven y readapten a la digitalidad y las redes sociales, las redes de prostitución suelen operar siempre con una metodología similar: primero la captación, ya sea ofreciendo trabajo mediante el engaño o revistiendo de glamour a la explotación sexual, prometiéndola como una salida “fácil” y autónoma a la vulnerabilidad económica; segundo, la retención de las mujeres mediante un sinfín de deudas, amenazas y daños psicológicos y a la salud; y, tercero, el descarte. Cuando las mujeres explotadas ya no sirven a los proxenetas, son arrojadas a su suerte en la calle o incluso asesinadas.
Al momento de su denuncia, Lorena reveló en diálogo con Página 12 que a las chicas argentinas “les prometen trabajo de recepcionista o de modelo, diciéndoles que pueden hacerles ganar muchísimo dinero. Les pagan los pasajes aéreos, les dan hospedaje y les prometen documentación para residir legalmente en México. Con la excusa de que necesitan los pasaportes para hacer los trámites migratorios y para asegurarse de que salden la deuda del pasaje, les retienen los pasaportes”.
Hacían aprietes, extorsionaban gente, aparecieron videos de jueces que estaban dentro de los prostíbulos.
Lorena Martins
“Una vez instaladas se les van quitando las supuestas ayudas, como ser el hospedaje, les complican la situación migratoria y las colocan en situación de desamparo. A este proceso, mi padre lo llama ‘quebrar chicas’ y deriva en que van aceptando prestar ‘servicios’. Martins se queda con la mitad de lo que cobra cada chica”, continuó Lorena.
En el prostíbulo, la cosificación, deshumanización y mercantilización son la norma. “Las chicas cobran por los servicios que hacen según una planilla identificada con número y de acuerdo con unas tarjetas. Por ejemplo, uno y dos son distintos tipos de baile; tres es baile con algo de sexo, por ejemplo, sexo oral; cuatro, es la chica que pasa y tiene sexo con el cliente en los cuartos”, detallaba también la denunciante.
Otra forma recurrente de endeudar a las mujeres prostituidas son las multas. En palabras de Lorena, “a veces (las multas) son por rechazos de las chicas a algún cliente, pero otras veces se usan para sacarles plata. Ellas no pueden retirarse si desde adentro y por handy no dan la autorización al de seguridad de la puerta para que las dejen salir. La autorización se da cuando pagaron lo que tienen que pagar. En verdad están privadas de su libertad”.
También es constante la relación entre la prostitución y el narcotráfico, regla de la que Raúl Martins no es la excepción: “A las chicas argentinas, tanto Martins como su concubina, Percival, las hacen salir en modo obligado y con una tarifa total de 3 mil pesos mexicanos (unos 200 dólares) con los narcos con los que quieren quedar bien. Las chicas que se niegan son multadas. Y si reinciden, las dejan a la buena de Dios en un país que no es el de ellas”.
A las chicas argentinas, tanto Martins como su concubina, Percival, las hacen salir en modo obligado con los narcos con los que quieren quedar bien.
Lorena Martins
Y, finalmente, “cuando les dejan de servir, porque ya no soportan que les quiten tanta plata o se involucran mucho con la droga, no les permiten ingresar más al prostíbulo, dejándolas sin el dinero para volver a la Argentina”.
En octubre, la Justicia prorrogó por seis meses la prisión preventiva de Raúl Martins en México, mientras el exagente intenta resistirse a la extradición asegurando ser un “perseguido político” y reclamando prisión domiciliaria por su avanzada edad. Quedará por definirse en los próximos meses si finalmente lo traen al país para ser juzgado por el Tribunal Oral Federal N° 7 de Capital.
Además de la asociación ilícita, se le atribuye el delito de lavado de dinero, también vinculado con sus locales de explotación sexual. Según estima la Justicia, los establecimientos alcanzaron a ser al menos diez en Buenos Aires y el proxeneta llegó a obtener, contando sus actividades en México, alrededor de 2.500.000 dólares anuales.
