Israel reportó que sus tropas terrestres están luchando en Gaza, a la vez que la Franja fue sometida en las últimas horas al bombardeo más intenso desde la disparada del conflicto el pasado 7 de octubre. Mientras tanto, las autoridades israelíes insisten en que la población palestina se traslade al Sur del territorio, situación que según la ONU podría agravar aún más la crisis humanitaria.
"Muévanse hacia el Sur. Por su propia seguridad. No es una mera precaución. Es una súplica urgente por la seguridad de los civiles en Gaza", advirtió el principal vocero del Ejército de Israel, el vicealmirante Daniel Hagari, en un video publicado en la cuenta de Twitter de las fuerzas.
Al mismo tiempo, la oficina de Derechos Humanos de la ONU advierte que miles de civiles más podrían morir si la operación terrestre israelí en Gaza continúa. Desde el organismo supranacional vienen advirtiendo, además, que el desplazamiento forzado de la población al Sur constituye una maniobra ilegal que contribuye a agravar las alarmantes condiciones humanitarias en el territorio.
En tanto, el bloqueo sobre las telecomunicaciones en Gaza continúa, e incluso los organismos que intentan brindar auxilio, tales como la OMS, denunciaron que perdieron contacto con sus agentes. En su publicación instando a los gazatíes a desplazarse al Sur, el vicealmirante de Israel se refirió a una "operación inminente del Ejército israelí para neutralizar la amenaza de Hamas con precisión e intensidad", según replicó la agencia de noticias Europa Press.
"Nos preocupa el castigo colectivo infringido a los habitantes de Gaza en respuesta a los atroces ataques de Hamas”, afirmó ayer a este respecto Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, durante una sesión informativa de la ONU en Ginebra.
Las declaraciones de Hagari se produjeron luego de una noche de intensos bombardeos nocturnos de Israel que dejaron, según el Ministerio de Salud palestino, al menos 378 muertos en una Gaza incomunicada y a oscuras.
Las recientes incursiones terrestres, sin embargo, son sólo el comienzo de la gran operación por tierra que las autoridades militares israelíes preparan para la siguiente fase de su campaña contra Hamas. Su objetivo declarado es, precisamente, destruir el centro de operaciones de la organización que hace tres semanas produjo una masacre que acabó con la vida de 1400 israelíes y la toma de más de 200 rehenes.
