El hijo de Yiya Murano recuperó las tazas con las que su madre envenenó con cianuro a dos amigas y a su prima allá por el año 1979. El hijo de Yiya no quería saber nada con el tema y regaló las vajillas a una conocida.
Sin embargo, Martín Murano volvió a recuperar las vajillas luego de que esa persona muriera. Ahora tiene la intención de subastarlas con el fin de "convertir algo siniestro en bueno". Las vajillas se encuentran a la venta y el dinero sería destinado a Refugio De Mili González, que cuida de cincuenta mascotas en la ciudad de Mar del Plata.
El hijo de la envenenadora de Monserrat desistió de tener un vínculo con su madre y por ello quiere sacarse las tazas de encima lo antes posible. "Yiya Murano increíblemente va a tener una utilidad”, aseguró tras ofertar el juego de té.
El caso criminal de Yiya Murano
Yiya Murano era una prestamista que en el año 1979 asesinó a tres mujeres a quienes le debía dinero. Por ello, la condenaron por homicidio y estafas y estuvo presa durante 16 años. Sus víctimas fueron sus amigas y vecinas Nilda Gamba y Lelia Elida Formisiano de Ayala, y su prima segunda, Carmen Zulema del Giorgio de Venturini.
Lo cierto es que en épocas de la tablita cambiaria de Martínez de Hoz, los ahorristas podían extraer un alto rendimiento jugando con las tasas de interés. De esta manera, estas mujeres le entregaron dinero a Yiya para que lo invirtiera.
Lo cierto es que ante la falta de ganancias y de devolución, las señoras comenzaron a reexigir el dinero invertido, por lo que al momento de invitarlas a su casa, Yiya introdujo una dosis de cianuro en sus tazas de té y las mujeres murieron envenenadas.
Un día, la hija de Venturini comenzó a ordenar los objetos que pertenecían a su madre y descubrió que faltaban unos pagarés que Yiya le entregó como garantía de sus depósitos. Dado que las otras personas a las que Yiya le debía dinero habían muerto en condiciones similares, decidió denunciar el caso a la policía.
La Justicia ordenó la realización de la autopsia y así descubrieron que las mujeres habían muerto por envenenamiento. La Justicia condenó a Yiya Murano, aunque finalmente estuvo en prisión por menos tiempo del que dictó la sentencia.
Yiya gozó del beneficio de la ley Dos por uno que permite contar como dobles los días transcurridos en prisión preventiva. Finalmente, se supo que a los jueces que la beneficiaron con dicha ley y le garantizaron su libertad, Yiya les envió como agradecimiento una caja de bombones. ¿Los habrán probado?