Hace algún tiempo que surgen imágenes de las calles de algunos distritos de los Estados Unidos en los que se ve a las personas caminando sin rumbo, con los brazos caídos, el cuerpo doblándose, sentados en las calles completamente perdidos. Ahora, en Ecuador, y más precisamente en Guayaquil, se empezó a ver el mismo comportamiento en muchos ciudadanos, y las autoridades locales temen que el fentanilo ya se comercialice y se consuma en el país.
El fentanilo es un opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Según el departamento de Salud del estado de Texas, Estados Unidos, “una dosis de solo 2 miligramos de fentanilo, que equivalen a entre 10 y 15 granos de sal de mesa, se considera que es letal”.
A este opioide se lo puede encontrar en inyecciones o parches que son administrados médicamente para controlar dolores intensos en pacientes con distintas patologías. Sin embargo, el fentanilo fabricado ilegalmente se combina con sustancias adulterantes como pastillas falsificadas, heroína, cocaína y metanfetamina. Incluso, muchas personas pueden no saber que lo están ingiriendo, intoxicándose de manera accidental.
A mediados de agosto, el Municipio de Guayaquil informó que se han registrado casos de pacientes consumidores de “hache” que presentan síntomas relacionados con el fentanilo. La “hache” es una droga que se vende muy barata en las calles de Guayaquil, que se la elabora con heroína, diazepam, cemento, pintura y otros materiales. Sin embargo, la alcaldía ha alertado que ahora la “hache” también tendría porcentajes desconocidos de fentanilo.
Las sospechas sobre el uso del fentanilo se fundamentan en las observaciones que los médicos del programa Acción Ciudadana para Atención y Prevención del Consumo de Drogas del Hospital Bicentenario de Guayaquil. Según los expertos, hay efectos que son más fuertes y prolongados en los consumidores de la “hache”, además de que el tiempo que esperan los adictos para volver a consumir se han acortado, y cuando vuelven a ser tratados, algunos pacientes ya no responden a los tratamientos aplicados.
Ante las alertas, el ministro de Salud de Ecuador, José Ruales, indicó que el sistema público no cuenta con ingresos de sobredosis de fentanilo por adicción. Hasta el momento solo registran un caso de una persona que se intoxicó al ingerirlo de un medicamento: “Es un tema de mucha preocupación que empiece la comercialización ilícita, la distribución y especialmente que haya una mezcla de consumo de fentanilo con otras drogas”.