El abogado de de los rugbiers, Fernando Tomei, había presentado un habeas corpus contra la prisión preventiva dictada en 2020 para solicitar la excarcelación y la Corte Suprema de Justicia de la Nación lo desestimó así que los condenados por el homicidio de Fernando Báez Sosa continuarán presos.
Hugo Tomei, abogado de Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz, Ciro Pertossi, Lucas Pertossi, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Luciano Pertossi había argumentado que la preventiva para todos ellos era "arbitraria".
La Corte Suprema ratificó lo definido por la Sala II del Tribunal de Casación bonaerense que declaró "inadmisible" el planteo de la defensa que cuestionaba las prisiones preventivas. Además, el tribunal provincial había rechazado el recurso extraordinario contra su resolución y Tomei apeló.
Los ocho rugbiers condenados permanecerán en la Alcaidía 3 de Melchor Romero. Participaron de una audiencia oral en La Plata en la que respaldaron sus recursos de apelación de la sentencia de primera instancia dictada en febrero pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.
En esa audiencia, Thomsen insistió en que no planearon matar a Fernando ni tuvieron intención de hacerlo y fue el único de los condenados que habló ante los jueces Mario Kohan, Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño. Entre sollozos cuestionó la legalidad del proceso desde su inicio, en línea con los planteos de la defensa.
Las condenas por el crimen de Fernando Báez Sosa
Los rugbiers Thomsen, Comelli, Benicelli, Luciano y Ciro Pertossi están condenados a prisión perpetua por el crimen, mientras que Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi recibieron una pena de 15 años de cárcel.
A Fernando Báez Sosa lo asesinaron la madrugada del 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell, tras ser atacado a golpes por un grupo de jóvenes que acababan de ser expulsados de la disco.
Horas después del homicidio, detuvieron a los ahora condenados en la casa de veraneo que alquilaban a pocas cuadras de la escena del crimen, y quedaron alojados primero en el penal de Dolores y luego en Melchor Romero.