La Antártida tiene un ciclo natural según el cual se derrite y pierde bloques de hielo durante el verano, pero los recupera todos durante el invierno. Sin embargo, no estaría pasando esto en 2023 y es la primera vez desde que se tiene registro que el hielo desprendido de la Antártida en verano no se recupera en invierno.
El hielo marino se encuentra en los niveles más bajos para esta época del año desde que comenzaron los registros hace 45 años. El hielo está alrededor de 1,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior de invierno establecido en 2022, según datos del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, por sus siglas en inglés).
A mediados de julio, el hielo marino de la Antártida estaba 2,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio de 1981 a 2010. Esa es un área casi tan grande como Argentina que mide 2,78 millones de kilómetros cuadrados.
La comunidad científica todavía está intentando descifrar por qué sucedió este fenómeno a la par que se desarrollan olas de calor de más de 50° en el Hemisferio Norte como consecuencia directa de años y años de consumir combustibles fósiles sin implementar políticas públicas que contrarresten las consecuencias.
“El juego ha cambiado”, le dijo a CNN Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado Boulder, y agregó: “No tiene sentido hablar de las probabilidades de que suceda de la forma en que solía ser el sistema, claramente nos dice que el sistema ha cambiado”.
A lo largo de los años la Antártida pasó de máximos a mínimos históricos constantemente, solo el Ártico en el Hemisferio Norte se veía directamente afectado por el cambio climático y la temperatura del mundo que sigue incrementándose debido al uso de gas, petróleo y minerales. En el norte hace tiempo hay una tendencia a la baja, situación que no se replicaba en el sur.
“El sistema antártico siempre ha sido muy variable”, explicó Scambos y añadió: “Sin embargo, este nivel (actual) de variación es tan extremo que algo radical ha cambiado en los últimos dos años, pero especialmente este año, en relación con todos los años anteriores desde hace al menos 45 años”.
Una explicación posible para lo que está sucediendo en el continente puede ser la fuerza de los vientos del oeste alrededor de la Antártida que se relacionan con el aumento de la contaminación que calienta el planeta. Sin embargo, hay científicas más cautelosas que no sacan conclusiones todavía.
“Es una gran desviación del promedio, pero sabemos que el hielo marino antártico exhibe una gran variabilidad de un año a otro”, advirtió a CNN Julienne Stroeve, científica principal del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo, y agregó que “es demasiado pronto para decir si este es el nueva normalidad o no”.