“Amigo, ¿cómo dice que le va mi amigo? ¿todo bien? Sí, lo hicieron pelota. Es él. Lo hicieron crema. Hace una semana que está desaparecido y lo encontraron ayer, en el río de Lomas de Zamora”. Así dice uno de los últimos audios que trascendieron a los medios antes de llegar a la fiscalía N° 5 de Lomas de Zamora, al frente de la causa por el homicidio del empresario Fernando Pérez Algaba.
El domingo pasado, el cuerpo descuartizado del trader fue encontrado por unos niños en una valija abandonada, junto a un arroyo de Ingeniero Budge.
Los audios son varios. Uno de ellos es un fragmento de una conversación telefónica que Pérez Algaba habría mantenido con Gustavo Iglesias, barrabrava de Boca Juniors. "Vos tenés que cobrar tu plata y punto, no vas a disponer de mi vida ni de mis manos ni de mis pies. Si me seguís jodiendo te voy a mandar re en cana. ¿Me escuchaste?", se le escucha decir al empresario, a lo que el barra lo insulta y le dice que lo "va a encontrar".
Vos tenés que cobrar tu plata y punto, no vas a disponer de mi vida ni de mis manos ni de mis pies. Si me seguís jodiendo te voy a mandar re en cana. ¿Me escuchaste?
Pérez Algaba se reconocía "fundido". Había entregado cheques sin fondo, adeudaba pagos a entidades bancarias y se había ido a Barcelona para escapar de los constantes reclamos por dinero adeudado. Hacía años se dedicaba a la compraventa de vehículos de alta gama y por lo que se desprende de los audios, había defraudado a clientes bastantes oscuros.
También hay notas y chats en los que él recopilaba información "por si me pasa algo", repetía. Grababa las llamadas con quienes le reclamaban dinero y esperaba que lo amenazaran para tener registros.
En esos intercambios le reclamaban dinero y le cuestionaban traiciones. "Cuatro causas vas a tener", le dicen en uno de los violentos intercambios.
"Lechuga" –como se hacía llamar Pérez Algaba– había cruzado insultos y amenazas con una persona identificada como Nahuel, a quien acusó de estar “protegido” por Gustavo Iglesias. Tras el macabro hallazgo, estos dos personajes se presentaron de mutuo propio a declarar al juzgado y reclamaron no tener ninguna relación con el crimen.