Marcela Acuña escribió nuevas cartas desde la cárcel esta semana, cosa que acostumbra a hacer desde que está presa por ser responsable, junto a su familia, del femicidio de Cecilia Strzyzowski. Sus misivas contienen mensajes que van desde el pedido de artículos para su comodidad y “ánimo” en la celda hasta fuertes declaraciones sobre la responsabilidad de su hijo en el crimen y reclamos para ver a sus parientes.
En una de las dos cartas que escribió esta semana, presuntamente entregada a su familia y luego difundida por ésta en los medios de comunicación, Marcela Acuña insiste en el reclamo de ver a Emerenciano Sena, su marido. En la misiva, fechada el 21 de julio pasado, la acusada escribió: “El derecho a ver a mi marido que se halla enfermo, es un derecho universal, como el de ver a mi hijo. Sólo la dictadura genocida militar del 76 ha actuado de esa manera en momentos donde la Constitución Nacional fue avasallada. Hoy estamos en DEMOCRACIA, pero al parecer no llega a la Fiscalía 4".
En otra de ellas, reclamó recibir un MP3 y a un peluquero para arreglar su cabello por cuestiones anímicas. “El pedido radica más que en una situación de belleza, en la posibilidad de levantar el ánimo por la situación que estoy atravesando. Igualmente, ofrezco en la misma instancia peluqueros masculinos para cortar el cabello a los detenidos varones de esta comisaría”, indicó Acuña.
En tanto, su primera carta fue el 24 de junio y en ella reclamó al Equipo Fiscal Especial la prisión domiciliaria para su marido aduciendo problemas de salud y sosteniendo que el encierro lo estaba acercando “a la muerte”. Tampoco perdió la oportunidad de desvincularse de la responsabilidad en el femicidio y de denunciar una supuesta persecución política. "Considero una aberración jurídica en materia de derecho de lo que están desarrollando en ‘la investigación’, caso ‘Cecilia’ que ya dejó de ser Policial para transformarse en un caso político", lanzó la dirigente.
La segunda carta de Marcela Acuña, escrita cinco días después, fue una de las más fuertes por contener una acusación directa contra su hijo. "Una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una carátula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos. ¿Por qué, si fue César (mi hijo) responsable, nos incriminan a nosotros?", se lee en la misiva.
En este sentido, la mujer escribió otra carta al día siguiente en la que afirmó: "Solo el que mi hijo César diga la verdad de lo sucedido hará que podamos tener más expectativas de lograr la libertad. Desde el minuto 1 nos culparon de algo que no hicimos ni haremos nunca".
Yo lo cubrí a César, lo protegí.
Marcela Acuña
Asimismo, el 14 de julio redactó un nuevo mensaje en el cual intentó desligar a Emerenciano de los hechos y sostuvo que su rol fue el de encubrir a César Sena. En el texto, dirigido a su marido, se lee: "Ojalá pronto llegue tu libertad. La mereces. Yo no, yo lo cubrí a César, lo protegí, te oculté para no involucrarte y salió todo mal, y mucha gente inocente está presa empezando por vos. Esa carga también me mata por encubrir a mi hijo".
Por otro lado, en una carta dirigida a “la comunidad”, Marcela Acuña volvió a acusar persecución política cargando contra los medios de comunicación y comparó la situación de su marido con la de Milagro Sala. "El castigo de Emerenciano de haber construido casas, bibliotecas, escuelas, jardín de infantes centros recreativos, es el mismo castigo que le dan a Milagro Sala en Jujuy. Es todo lo mismo, la diferencia es el adjetivo calificativo; Milagro es CHORRA; Emerenciano es 'asesino', que aunque demuestre que no lo es, igualmente es el padre del que podría ser 'asesino'", protestó.
