A fines de marzo de este año el Gobierno italiano aprobó el proyecto de ley que prohíbe la producción, comercialización e importación de carne no convencional, es decir, carne sintética cultivada en laboratorio.
Según habían manifestado los parlamentarios italianos, luego de convertir al país en el primero del mundo en vedar este tipo de comida, la normativa oficial busca "proteger la salud humana y el patrimonio agroalimentario", prohibiendo los productos sintéticos "destinados tanto al consumo humano como a la alimentación animal".
En un capítulo más de esta novela que se podría llamar "La venganza de la carne" (Vendetta della carne), el Gobierno italiano aprobó una enmienda que prohíbe el uso de nombres que hacen referencia a la carne y sus derivados para productos que contienen exclusivamente proteínas vegetales.
Cabe destacar que esta norma estaba comprendida en el proyecto de marzo (prohibición de elaboración, comercialización e importación de alimentos sintéticos), pero que inicialmente fue descartada para darle curso más ágil a la Ley.
A los vegetales lo que es de vegetales
Gian Marco Centinaio y Giorgio Maria Bergesio, dos legisladores italianos que son quienes impulsan el nuevo artículo en la Ley, explicaron a medios italianos que "gracias a esta norma, no encontraremos en nuestros supermercados etiquetas como ‘hamburguesa de soja’ o ‘mortadela vegana’, ya que son denominaciones que engañan a los consumidores".
Durante la explicación en el parlamento, los senadores indicaron que "con la aprobación de nuestra reforma aseguramos el derecho de los ciudadanos a la corrección de la información para proteger su salud e intereses, pero también reconocemos y defendemos el valor cultural, socioeconómico y medioambiental de nuestros productos ganaderos y empresas elaboradoras".
"De hecho, estamos convencidos de que quienes venden productos con etiquetas ambiguas están en incurriendo en un competencia desleal. También por eso, con la nueva ley, correrá el riesgo de sufrir fuertes sanciones", argumentaron.
Para entrar en sintonía con la Argentina, la norma tiene media sanción y debe ser aprobada por la Cámara baja para que finalmente entre en vigor. Los Senadores están convencidos que esto se dará sin problemas, pero aún falta el gancho final.
En nuestro país se está redactando actualmente un proyecto de Ley que busca, al igual que la enmienda italiana, prohibir el uso de estas denominaciones a productos que exclusivamente contengan proteínas de origen vegetal.
Infracciones y multas
En la Ley aprobada en marzo y, en caso de infracción, se prevé multas administrativas que van desde 10.000 euros hasta un máximo de 60.000 euros, o hasta el 10% del volumen de negocios anual total.
Además del decomiso del producto que se encuentre incumpliendo la norma, la ley dicta sanciones administrativas para realizar actividades empresariales, inhibiendo el acceso a préstamos o subvenciones del Estado, de otros organismos públicos o de la Unión Europea.
En el caso que alguna empresa incumpla la ley, deberá cerrar su planta de producción por un período mínimo de un año hasta un máximo de tres años.