Un maestro de una escuela de Devoto fue condenado a 20 años de prisión. Adrián Rowek es profesor de lengua, abusaba sexualmente de sus alumnos y les enviaba fotos obscenas. Sus víctimas fueron ocho chicos de entre 12 y 15 años.
La fiscal Daniela Dupuy, a cargo de la causa, había pedido la pena de 40 años. Para ella, Rowek era culpable de delitos de grooming, corrupción de menores y abuso sexual agravado por el vínculo. Sin embargo, los jueces penales, contravencionales y de faltas Natalia Ohman, Gabriela Zangaro y Ricardo Baldomar resolvieron una pena de 20 años.
Al momento de detenerlo, el acusado trabajaba en la Escuela Primaria Nº23 Abel Ayerza, en el barrio porteño de Villa Devoto. Tras la presentación y el aporte de las pruebas por parte de la denunciante, se solicitó la orden de allanamiento y la detención de Rowek. Este docente ya había sido detenido una vez, en mayo de 2020. En ese momento, allanaron su casa y lo encontraron con un menor de 14 años en la cama, que además era alumno suyo.
Según informó el diario La Nación, la sentencia dice: "Consideramos que los hechos que integraron la acusación contra Rowek, de 50 años, traídos a conocimiento de este tribunal, se encuentran probados. En efecto, durante el juicio quedó demostrado que el imputado era un maestro de escuela primaria muy bien valorado por las familias y respetado dentro de la comunidad educativa en la que se desenvolvió durante los diez años previos a su detención. Fue así que, valiéndose de su condición de docente y de la confianza que las familias habían depositado en él para cuidar y orientar a sus hijos, cometió distintos delitos contra la integridad sexual de ocho niños y adolescentes de entre 12 y 15 años edad que eran sus alumnos o lo habían sido entre sexto y séptimo grado de la escuela primaria”.
El juicio comenzó a fines de marzo. Sin embargo, recién hoy se conoció la sentencia. Los jueces rechazaron el pedido de nulidad presentado por la defensa del docente y lo encontraron culpable de los delitos de abuso sexual de una persona menor de 16 años mediante aprovechamiento de su inmadurez, captación sexual infantil por medios electrónicos en concurso ideal con el delito de suministro de material pornográfico a menores de edad y tenencia de material de abuso sexual infantil.
"Para lograr su cometido, Rowek, conocido por los docentes, familiares y alumnos como 'Pipi', iniciaba con cada víctima un trato particular que él iba construyendo, profundizando, a largo del tiempo y a través del cual lograba evitar resistencias, pactar secretos y complicidades. Iba convocando a esos niños que estaban ingresando en la adolescencia, bajo el ropaje de la contención y compartir un lenguaje en común, a participar de actividades sexuales, sin que ellos pudieran comprender su intencionalidad en función del dato determinante de su edad, del vínculo desigual y asimétrico cronológicamente entre Rowek y sus víctimas. Lo consideraban un referente: un profesor que con quien podían hablar de todo, que los escuchaba. En algunos casos lo concebían como una entidad paterna”, afirma la sentencia.